Camino de Santiago de El Yunque,
peregrinación de oración y reflexión
Luego
de haber iniciado el Camino de
Santiago de El Yunque, caminado
desde Piñones hasta Luquillo y haciendo realidad el “primer brazo” de esta
gesta penitencial, (18 al 22 de marzo), Mons. Eusebio y más de diez caminantes,
se lanzaron a recorrer la segunda parte o “segundo brazo”: caminar desde Punta Santiago (Humacao)
hasta Luquillo, 24 al 26 de marzo. Este proyecto de
Nueva Evangelización (Iglesia en salida) busca conectar la Diócesis
“costera” con un futuro Santuario
de Santiago, en el Barrio Pitahaya de Luquillo. Por eso, se trata de caminar en dos rutas, dos “brazos”, que
se encuentran en Luquillo. Pues,
ya se hizo realidad, habiéndose
completado este segundo brazo el pasado miércoles, 28 de marzo.
Este
segundo “brazo” se inició el lunes, 26 de marzo. Los peregrinos se congregaron
para retomar nuevamente su peregrinación en la Parroquia Nuestra Señora del
Carmen, Punta Santiago, Humacao, a las 5:30 a.m. Luego de la Oración, ante
Jesús Sacramentado, salieron por
la carretera no. 3, en dirección hacia Naguabo. Acompañados de algunos
parroquianos, iniciaron su caminar con alegría, ya recuperados de la semana
anterior y llenos de fe y de
esperanza. Sorpresa se llevaron al recibir el regalo del sol naciente del Mar
Caribe, que, como señal del Verdadero Sol, les iluminaba y alentaba su alegría.
Entre alabanzas, el compartir fraterno y fotos memoriables, se llenaban de paz
y fortaleza. La ruta se hizo más llevadera en carretera llana, el mar
brindándoles su esplendor y su misterio, un tráfico benévole y decenas de
choferes, ofreciendóles saludos y gestos solidarios. Siempre, de frente, El
Yunque, en invitación de esperanza. En acción de gracias, cantos de júbillo o
silencio interior, los peregrinos fueron abandonando la carr. No 3, y
acercándose a la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Naguabo.
Monseñor
Eusebio, se dirigió a los
presentes con palabras de aliento y fortaleza. “El Camino de Santiago es camino
de penitencia, conversión y de Oración. Caminamos en penitencia y Oración por nuestro
País, nuestra gente, nuestra Diócesis de El Yunque, por una sociedad que
necesita reconciliación, ante el pecado, la violencia y el egoísmo que nos
atrapan. Necesitamos abrir caminos de fe y de esperanza que transformen mentes
y corazones, y nos llenen de
la vida nueva que viene de Jesús".
También Padre Edvard y P. Nicolás, brindaron palabras de aliento y fortaleza a
los caminantes. Padre Ervard agradeció al Obispo sus iniciativas de Nueva
Evangelizacón y el Plan Diocesano Misionero. Luego, de las instrucciones para
el próximo día y la merienda, se
cerró la etapa, con la bendición del Obispo.
Al
siguidente día, de madrugada y en esta misma Capilla, se reunió el grupo de
peregrinos, nuevamente. A las 6:00 a.m., luego de la Oración, salieron por la
carrtera 969, desde Florida hacia Maizales (Barrios en las montañas de El
Yunque, en Naguabo). Entre vecinos
que se despertaban o salían hacia el trabajo, ladridos de perros sorprendidos y el sol mañanero
levantándose, fueron caminando entre colinas y valles, hasta llegar a la
Capilla Nuestra Señora de la Altagracia. Justo, llegaron antes de iniciarse la
exposición del Santísimo Sacramento. Se confundieron en Oración y saludos, y
abrazos de comunión fraterna, llenos de fe y de esperanza. La visita fue breve, para permitirles a
la Comunidad continuar con la Adoración y la Eucaristía. Siguiendo la carretera
970, se dirigieron hacia el Barrio el Duque. También, allí, fueron recibidos
por la Comunidad, donde merendaron y recobraron fuerzas para continuar un largo
trecho de 5 millas, a través de la carretera 971. Este recorrido, les llevaría
hasta el Barrio Paraíso de Fajardo, luego, de pasar por el barrio Río Abajo, de
Ceiba. Ruta panorámica espectacular, llevadera entre valles, colinas, y el Yunque a la
izquierda, brindando su fortaleza. Ciertamente, arribaron “al Paraíso”, cansados y sedientos, pero,
con espíritu alegre. Vecinos de esta Comunidad les recibieron y le ofrecieron
agua y meriendas. Terminaron la etapa con la bendición.
Al otro día, cuando se veían los primeros destellos
el Sol, los Peregrinos se alistaban para continuar su peregrinaje. Monseñor
Eusebio, con "Olor de Oveja" preparaba a los caminantes en oración y
reflexión. "Hemos caminados muchas millas. Dios nos ha conducido por
caminos inimaginables y desconocidos, hasta ahora. ¡Cuántas maravillas tiene nuestra tierra, qué riqueza
espiritual tiene el Camino de Santiago de El Yunque! Por eso, encomendamos esta
última etapa a María, Madre del
Señor, Nuestra Señorra del Carmen, que nos conduzca para mantener
ese espíritu misionero, que Ella manifestó al visitar a su prima Isabel. Qué Ella
nos acompañe y que esta experiencia de El Camino de Santiago de El Yunque, se convierta, verdaderamente, en camino de sanación y liberación, a
través de su Hijo Jesús". Padre Adrían, de la Catedral Santiago Apóstol,
se unió a los peregrinos. El
recorrido atravesó a las montañas que unen los pueblos de Fajardo y de Luquillo,
siguiendo los barrios de Paraíso, Naranjo y Juan Martín adentro, hasta llegar a Pitahaya,
destino final.
La peregrinación concluyó en
los terenos de la Carpa, donde
ubicará el futuro Santuario Santuario Santiago Apóstol, Bo. Pitahaya de
Luquillo. Allí un grupo de fieles, acompañados por los Padres, Tony, Luis y
Mario, recibieron a los peregrinos,entre aplausos y efusivos saludos. Los
peregrinos caminantes iban llegando y se dirigían al altar, con brazos
extendidos en acción de gracias. Luego, de descansar y de hidratarse, tuvieron
la Eucaristía, para finalizar el Camino de Santiago con la Eucaristía, según lo
iniciaron en Piñones, presidida por el Padre Luis Ruíz. Finalizada la Misa,
Mons. Eusebio,
solicitó de algunos caminantes, que conpartieran su experiencia.
Sin esperar mucho y con pies
temblorosos, se levantó el Historiador Don Miguel Correa y brindó un testimonio
que dejó a muchos compunjidos y admirados. Habló de las dificultades iniciales y de las tentaciones, para
abandonar la experiencia. Pero, la bondad y misericordia de Dios fueron más
fuertes, y poco a poco, fue recuperándose hasta llenarse de alegría y
experiementar ese amor
misericordioso del Padre,
durante el resto del Camino.
Lo ofreció por sus seres queridos y pidió fuerzas para amarles más y ser
más fiel al Señor. La Sra. Nitza Martínez, expresó: "Jamás me imaginé que
iba a recorrer tantas millas, caminando aquí en mi Tierra, teniendo una
verdadera experienciade fe. Sentía le presencia de Dios en mi interior”. Dio
gracias por la gran oportunidad de El Camino de Santiago de El Yunque”. Mons.
Eusebio, también, compartió palabras de alegría, al ser parte de esa primera
experiencia peregrina en el Camino
de Santiago de El Yunque”. Señaló que “el dolor y la cruz nos edifican y nos
hacen fuertes para la misión en la Diócesis de Fajardo-Humacao, Diócesis de El
Yunque”, concluyó.
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