En su discurso, el Santo Padre reflexionó sobre la primera carta de San Pedro: "apacienten el Rebaño de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino, sino con abnegación; no pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados, sino siendo de corazón ejemplo para el Rebaño".
¡Que estas palabras –exclamó el Papa– sean esculpidas en su corazón! Estamos llamados a ser pastores no de nosotros mismos, sino del Señor y no para servirnos a nosotros mismos, sino al rebaño que se nos ha confiado". Y explicó a los Obispos qué significa "pacer": esta palabra significa: acoger con magnanimidad; caminar con el rebaño; y estar siempre al lado del rebaño.
"Acoger con magnanimidad: que su corazón sea tan grande como para poder dar cabida a todos los hombres y mujeres que encuentren a lo largo de los días y que encontrarán y buscarán a la hora que se pongan en camino en sus parroquias y en todas sus comunidades".
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