lunes, 16 de septiembre de 2013

Arranca Proyecto Diocesano “Comunidades Misioneras” en la Diócesis de El Yunque


“Nosotros tenemos que proveerle los medios y las formas,  y si no vienen, a esos hay que ir;   eso es ser discípulo de Jesús y esa es  la llamada que hace su Iglesia”, Monseñor Eusebio.


El pasado domingo, 1 de septiembre de 2013, se inició el proyecto de “Comunidades Misioneras” en la Diócesis de Fajardo-Humacao.  Aprovechando la nueva etapa  que se inicia en esta Diócesis, tres (3) áreas ubicadas en Canóvanas (Cubuy), Luquillo (con  sus dos parroquias), y Naguabo y Punta Santiago, iniciaron estas experiencias, con el deseo de actuar la misión y la convocatoria al discipulado-misionero. "Quiero servidores y servidoras, discípulos misioneros, con olor a oveja", citando a las palabras del  Papa Francisco,  dijo el Obispo de la Diócesis de El Yunque, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales.  El llamado lo hizo en la Eucaristía que inauguraba este proyecto en el Templo Parroquial de Punta santiago, en Humacao. 

La alegría de la feligresía era evidente,  y a ellos, se unió el Pastor y Guía Monseñor Eusebio.  Allí,  les presentó al Equipo que trabajará esa comunidad misionera ellos son: el Rvdo. Diácono Rfael Ufret, que  fungirá como administrador, y con él, estará el Padre Nicolás Cruz, y los diáconos: Andrés Velázquez, Ángel M. Rodríguez y José  López.   A ellos se sumarán algunos de ustedes, oportunamente. “Este equipo estará con ustedes, mano a mano, y les  acompañará  en sus comunidades, con su trabajo misionero y pastoral.  Ellos, a su vez, organizarán equipos misioneros, siguiendo el llamada de Aparecida y de la Nueva Evangelización a renovar  la Iglesia.  Este es el grito de Aparecida  y de nuestro Plan Diocesano de Pastoral”  subrayó el Obispo.

Además, señalaba, que,  de la misma forma, se organizaría  estos equipos misioneros  en Naguabo, Luquillo y Cubuy. En Naguabo, estaría dirigido por el Padre Edvard Jeudy; en Luquillo, por el Padre Luis A. Alicea; y en Cubuy, por el Padre Raguiel Rodríguez.

La celebración estuvo enmarcada por la alegría y la presencia de niños, jóvenes, familias y los viejitos y viejitas, como cariñosamente se reconocen, que entonaban al son de instrumentos musicales, himnos, salmos y alabanzas al Señor,  en acción de gracias por el grupo de trabajo Misionero.

Iniciada la Homilía, Monseñor Eusebio, citó las palabras de Jesús en el Evangelio, cuando llamó a sus primeros discípulos a echar las redes. “Hoy y en su nombre les digo a la Comunidad de Punta Santiago: ‘remen mar adentro y echen las redes’.   Acto seguido, comenzó a compartir con los feligreses el proceso pastoral que suscitó el nacimiento de la Diócesis de Fajardo-Humacao,  y con ella,  la ordenación de su Primer Obispo. Allí, se hizo la convocatoria a  “remar mar adentro”. Esta llamada quedó gravada en la promulgación del Plan Diocesano de Pastoral. Por esto, el Obispo, añadió: “queremos retomar esa convocatoria y convertirla, no en una llamada, sino,  en acción.  Acción,  que brota con el Año de la Fe y  la Nueva Evangelización.  Ahora,  el Papa Francisco,  esta impulsando  esta acción con  cada gesto y palabras que brotan de su Magisterio”, recalcó.

Con voz profética y pastoral, el Obispo, expresó: “En esta mañana les convocó para iniciar con hechos y obras concretas lo que es el discipulado misionero. Continuó diciéndoles:  Es un proceso que requerirá un cambio de mentalidad y de corazón,  pero un proceso que renovará a sus comunidades para convertirlas en comunidades vivas, comunidades que se sientan y sean de verdad, Iglesia viva y Pueblo de Dios”.

El Obispo agradeció a todos los que se han unido a esta llamada que realiza  esta Iglesia Local, en el Este del País, Diócesis de El Yunque.  “Quiero agradecer a todos los presbíteros, diáconos  y laicos que  han acogido el  llamado que hiciera este Servidor, a nombre de la Diócesis. Mi agradecimiento y mi respeto, a estos hermanos.  Luego,  presentó algunas de las tareas, que se  estarán realizando en las Comunidades Misioneras. “Ellos irán sector por sector, desde el Bo. Pasto Viejo, Villa Palmira, Verde Mar,  Parcelas Viejas, Parcelas Nuevas,  el Poblado, incluyendo a los que laboran en el Cayo Santiago,  puntualizó, porque,  todos y cada uno son parte del Pueblo de Dios,  y nadie puede quedar excluido”.
Cuestionó, ¿Por qué hay que conformarse  con los que vienen? Y añadió: “¿ qué vamos hacer con aquéllos que no vienen?, preguntó el Obispo. Respondió enfáticamente, y dijo: “Nosotros tenemos que proveerle los medios y las formas,  y si no vienen, a esos hay que ir;   eso es ser discípulo de Jesús y esa es  la llamada que hace su Iglesia”. Nuevamente,  expresó: “Porque este País, saldrá del ambiente de violencia, este País y nuestras familias, saldrán del ambiente de dispersión y  de inseguridad cuando hayan cristianos vivos que sean luz del mundo y sal de la tierra y a esto  es que nos llama nuestro bautismo. Ellos irán por las calles de sus comunidades, día tras día, haciendo esta invitación,  buscando a la oveja perdida, a tiempo y a destiempo, con tenacidad y disponibilidad, con servicio auténtico y sincero”.

No faltaron palabras de aliento para la Comunidad, cuando Monseñor, haciendo una breve pausa,  les dijo:” Ustedes,  gente, familia, niños, jóvenes y mis queridos viejitos y viejitas, no están solos. Hemos venido a continuar  el trabajo que se ha estado haciendo por  tantos sacerdotes, muy queridos de ustedes. Ahora se inicia una nueva etapa y queremos acercarnos más a sus comunidades, para que tengan vida y vida en abundancia en el   Nombre de Jesús”.

Siguiendo su mensaje e invitación misionera, Monseñor Eusebio, les hizo un recorrido por la historia parroquial, recordándole a la comunidad aquellos hombres y mujeres que se convirtieron  en pilares;  y los pastores,  que colaboran en ella y que sembraron su semilla.   Así mismo, reconoció los detalles de algunos fieles que durante su servicio hicieron una obra hermosa en sus comunidades. “Hoy quiero reconocer a cada uno de los hermanos y hermanas, que,  a través de su testimonio, nos dejaron  las huellas de una Iglesia  viva y misionera.  Ellos se dedicaron  a la Iglesia y con gran el amor desprendido, sirvieron  al prójimo.  Recordó a Don Gonzalo Vázquez y Aúrea, la mamá de Milton.  Como ellos,  hay muchos más que han dado la milla extra y han hechos  de sus vidas un verdadero discipulado misionero”, sostuvo.

Concluyó su mensaje, animándolos a seguir, trabajando cada uno, desde su realidad y su experiencia de fe. “Hay una calle que nos espera, que clama por cada uno de nosotros.  No tengamos miedo.  Necesito que se hagan sentir, especialmente,  con los más pobres, con el anciano que, muchas veces, pasa horas en soledad, sin que alguien le bañe, le visite o le lleve un poco de comida”. El Obispo no terminó, sin antes,  anunciarles que la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, será  punto de partida  para el Camino de Santiago, en su fase de inicio de peregrinación que recorrerá por las faldas del Yunque, pasando por Río Grande hasta llegar a Loíza.

La feligresía agradeció al Obispo y todo su equipo de trabajo, por la acogida de Parroquia Misionera a Punta Santiago y a Naguabo, y le saludaban con cariño la finalizar la Eucaristía, juntos  a los demás celebrantes.

¡Adelante, Diócesis Misionera, Tu Vida es Misión!


     

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