martes, 9 de abril de 2013

PRESBITEROS RENOVADOS PARA SER DISCIPULOS-MISIONEROS DE JESUS


PRESBITEROS RENOVADOS
PARA SER DISCIPULOS-MISIONEROS DE JESUS
MISA CRISMAL EN LA DIÓCESIS DE EL YUNQUE





Por: José A. Velázquez
Para: EL Visitante, Prensa para la Paz


El pasado martes 27 de marzo de 2013,  la Diócesis de El Yunque, y su Pastor y Guía  S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo,  junto a sus Presbíteros, Diáconos, Aspirantes al Diaconado y Congregaciones de Religiosos y Religiosas,  participaron de la gran encuentro diocesano, unidos a la Iglesia Universal en celebración de la Misa Crismal en el Coliseo Tomás Dones de Fajardo.

La alegría y el júbilo entre los fieles del Pueblo Santo de Dios era desbordante,  que entonaban al son de instrumentos musicales, himnos, cánticos,  salmos, y alabanzas al Señor,  guidados por la composición de varios Ministerios de Música de la Concatedral Dulce Nombre de Jesús de Humacao, en acción de gracias al Señor. 

La emoción inundo aquel lugar, antes de iniciar la Santa Misa, cuando Monseñor Eusebio se dirigió a toda la feligresía, para presentarles a sus Presbíteros que realizarían su renovación de ordenación pastoral y sacerdotal.  “Quiero presentarles a nuestros presbíteros, nuestros pastores que renuevan sus promesas de ordenación sacerdotal.  A ustedes mis presbiterios y sacerdotes, mis felicitación como Pastor y Obispo”.  Mientras, los feligreses les regalaban a todos ellos, un caluroso aplauso.

Al comenzar su Homilía,  Mons. Eusebio nuevamente les saludos y les dijo;  “Mis queridos hermanos Presbíteros, Vicarios, Diáconos, Religiosos, Religiosas, Presidentes y Líderes de Comisiones y Estructuras Diocesanas,  Pueblo Santo de Dios, Amigos y Amigas de la Diócesis de El Yunque, les saludo con  espíritu fraterno y les extiendo a todos mi abrazo paternal.  Agradezco la presencia de cada uno  de ustedes en esta Solemne Misa Crismal, cuando nos encontramos en el Año de la Fe e inmersos en las convocatorias de la Nueva Evangelización y de la Gran Misión Continental.  Por tanto, es tiempo de conversión, de reencuentro fraterno, de renovación ministerial, de reafirmación de nuestra fe, de solidificar nuestro sentido de pertenencia y de afirmación  misionera e identidad en la Diócesis del Este, la Diócesis de Fajardo-Humacao”.

Monseñor al dirigirse  a los Sacerdotes les enfatizó, “es necesario entrarse en la comunidad, sus raíces y su cultura para poder palpar el sufrimiento que existe en nuestro Puerto Rico, hoy.  La historia y la cultura  están repletas de desafíos y retos para vivir nuestra fe bautismal y para ejercer el ministerio presbiteral que se nos ha confiado”.  Añadió,  “Esta llamada  se expresa en el grito de los niños que crecen sin fe, en los miles de jóvenes atrapados en la desesperación, en las heridas de tantas familias donde se ha truncado el proyecto de vida matrimonial,  en el abandono de nuestros viejos y en el rostro de los pobres y leprosos, que, son todos aquellos a quienes le sacamos hoy  el cuerpo: los presos de las cárceles en Humacao y Río Grande, los adictos y deambulantes, entre tantos”, Sostuvo.

Les exhortó que el participar de una Eucaristía donde el Espíritu Santo actúa en los Óleos de los Sacramentos dejados por Jesús  a su Iglesia,  para dar vida y santificar a su Pueblo.   “Y nosotros, Presbíteros, conociendo que esta Liturgia nos dedica una atención especial cuando nos provee un espacio para pronunciar y reconfirmar las promesas y compromisos de nuestra Ordenación Ministerial, deben vibrar nuestros corazones  ante la realidad de este Pueblo y ante la misión pastoral que se nos pone de frente”. Subrayó.

De manera de Catequesis, Monseñor, instruía a los presentes, explicándoles el sentido real que tienen los tres Santos Óleos que se bendicen y se consagran durante la liturgia Crismal.  Resaltando la importancia que tiene cada uno,  indicando que aquí es que nace la Iglesia, y abre las puertas para nuevos catecumenados entren al encuentro de la fe, vivo y santo con Jesús.  De igual forma, resaltó que el óleo de los enfermos, se ungen a  los enfermos para aliviarles en sus enfermedades con la fuerza de lo Alto.  Con el  Santo Crisma consagrado por el Obispo, se ungen a los nuevos bautizados, se signan los confirmandos, se consagran las  manos de los Presbíteros y las cabezas de los Obispos durante la Ordenación Sacramental”, Señaló.

Añadió, “he aquí, el nombre de “Misa Crismal”.  Ahora, ¿qué está detrás? Que el Ungido es Cristo, el Hijo del Padre y el Hijo del Hombre que ha venido para salvarnos.  Ser “ungidos” es  llamado a ser otro “Cristo”.

Continuando con su mensaje, el Obispo invitaba a entrar en comunión total y santa a sus sacerdotes, como Discípulos-Misioneros siendo testigos vivos y santos, “podemos lograr esa vivencia  sacramental, con  fiel entrega  y  pasión, si nos dejamos conducir por el Espíritu Santo, fuente de santidad y quien nos llama continuamente  a la Santidad plena.  Esta es la vocación de todos: de los fieles bautizados para constituir el Pueblo Santo de Dios que vive y comparte los dones de la salvación, caminando y viviendo, según, el Espíritu.  También, de los Presbíteros,  configurados con Cristo cabeza  en su vida,  su misión y su pertenencia  y dedicación   a la Iglesia Particular, es decir, a la Diócesis”.

Monseñor les recordó, las mismas palabra y acciones de Jesús que es enviado, y él, nos envía a nosotros.   “Como el Padre me ha enviado, así les envío yo”, Jn 20,21.  De aquí,  la llamada de Aparecida, a ser discípulos misioneros.  “Los primeros promotores del discipulado y de la misión son aquellos que han sido llamados ‘para estar  con Jesús y ser enviados a predicar” (Mc 3,14),  es decir, los sacerdotes”. Puntualizó.

Sin pasar por alto, el tema de la Nueva Evangelización, esté les dijo: “   Vivimos momentos especiales en la Iglesia de Cristo.  Ha brotado un Papa nuevo que abraza los pobres y nos quiere caminado con la gente.  El Papa Francisco, con sus gestos y sus palabras, así,  nos lo está solicitando.   La Diócesis de El Yunque está en su quinto aniversario y nos llama al encuentro de Cristo y a la conversión.  Son momentos privilegiados donde el Espíritu Santificador de Dios y Dador de Vida  está soplando  nuevos aires de fe y de esperanza.   Como Iglesia Católica, hemos sido sacudidos por nuestras propias  miserias y por una ola de indiferencia y de relativismo moral que arropa al mundo”

Con voz profética, el Obispo, resaltó;  “hay una urgencia en las comunidades, urbanizaciones nuevas que surgen y nadie se interesa por ellas;  los caseríos y barriadas, sectores aislados  y escondidos, pero con niños, jóvenes, familias, abuelos y abuelas, que nos están tendiendo la mano.  Es hora de evangelizar en el espíritu de la Nueva Evangelización, pero, esta comienza en el corazón con nuestra conversión   personal y pastoral. A falta  del pan de la vida y del agua viva, se consume placer, vicios,  drogas que esclavizan y crean  adicciones.  Es hora de liberar  a los cautivos, de abrir los ojos a los ciegos, de levantar a los caídos, de  proclamar la Buena Nueva  del Evangelio y de testificar el amor y la misericordia de Dios.

Al concluir su mensaje Monseñor Eusebio, exhortó a las personas que aspiran a servir en los diferentes ministerios,  seminaristas, aspirantes al Diaconado, estudiantes de la Escuela La Barca, hermanos y hermanas de la Diócesis de Fajardo-Humacao, o Diócesis de El Yunque: La Iglesia Del Oriente de Puerto Rico se construye con oración, sacrificio y haciendo opciones por Jesús y su Reino de Vida.   Ha llegado la hora para los laicos, las religiosas y religiosos, las aspirantes y diáconos, los Presbíteros y el Obispo, de abrazar a la Nueva Evangelización  con pasión, nuevos métodos y nuevas estrategias.

Uno de los momentos esperados, fue la Liturgia Crismal, cuando le fue entregado a Monseñor por parte de tres grupos de Aspirante al Diaconado, que eran escoltados por niños y jóvenes portando en sus manos los signos que representan los tres Santos Oleos, para ser bendecidos.  Luego,  Monseñor Eusebio invito a los Presbíteros a  unirse en oración y les invito a realizar su renovación sacerdotal, lo suscito de la feligresía un  fuerte aplausos.

Al finalizar la celebración, y dar su Bendición Solemne, Monseñor Eusebio,  les entregó a sus Presbíteros, los tres Santos Oleos, para que sean suministrados en el Servicio de la Iglesia en sus comunidades.  Con celo pastoral insistió que hay salir al encuentro de los necesitados y pregonar por las calles, un testimonio vivo,  invitando al Pueblo, al encuentro con Jesús, con la vivencia de la Vigilia Pascual.

¡En Hora Buena!

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