lunes, 4 de marzo de 2013

Rito de Elección de Catecúmenos en ruta hacia la Pascua en la Diócesis de El Yunque






“Vamos a construir una Iglesia viva y misionera, que, sea sacramento  de fe y de vida en el Este de Puerto Ricio”,  S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo de la  Diócesis de El Yunque.




Por: José A. Velázquez
Para: El Visitante, Prensa para la Paz

El miércoles, 20 de febrero de 2013,  se llevó a cabo en la Casa de Retiro, Camino de la Cruz de Humacao, el Rito de Elección y Acogida para los jóvenes y adultos que participan  en el Proceso de Formación Catecúmenal,  a través del Rito de Iniciación Cristiana para Adultos (RICA).  El Rito, y  la Liturgia de la Palabra,  fue presidida por  el Obispo de la Diócesis, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales en compañía del Rvdo. P. José A. Arocho,  quien  dirige la Comisión de Liturgia,  y  el Rvdo. Diácono  Rafael García Pizarro.  Cerca de cien (100) candidatos, juntos a sus padrinos y  familiares, provenientes de distintas parroquias de la Diócesis Misionera, se dieron cita para participar en este encuentro.  Con rostros de alegría y de esperanza, luego de un largo  proceso catecúmenal,  iniciaron la celebración, conscientes de su presencia y el significado  de su elección durante  este  tiempo cuaresmal, que, señala la Pascua.

Al iniciar la celebración, Monseñor Eusebio, dio la bienvenida a los presentes, acogiéndolos y animándolos a  vivir la experiencia  en  el espíritu del Año de la Fe. “Agradezco su perseverancia en el proceso y su decisión de llegar hasta aquí,  para solicitar a este Servidor, ser aceptados y elegidos para la iniciación cristiana y poder, así, integrarse en la vida sacramental  de la Iglesia con conciencia y verdadero corazón. Como Pastor y Guía de esta Iglesia Diocesana, los acogemos y elegimos para los Sacramentos de la Iniciación Cristiana”, proclamó el Obispo

Luego, aprovechó la ocasión para sondear en los catecúmenos sus impresiones sobre la renuncia del Papa Benedicto XVI al Ministerio Petrino. Algunos manifestaron  sorpresa  y admiración, entre otras reacciones.  Para responder a sus inquietudes, él les dijo; “No se preocupen, pues, la renuncia del Santo Padre,  Pastor de la Iglesia Universal, tomó por sorpresa al mundo entero.   Pero, el mismo Benedicto XVI, nos ha señalado, que, quien dirige  y gobierna a la Iglesia, es  Jesucristo, con su Santo Espíritu”.  Ciertamente, esto no ocurría  cerca de seiscientos años. Sin embargo, esta decisión sabia, valiente, con total libertad  y sumamente responsable,  está muy sintonía y coherencia con la labor magisterial del Papa Benedicto XVI. Señaló.

“Su Santidad, Benedicto XVI,  ha sido el Pontífice de la proclamación del Año de la Fe y de la llamada a  la Iglesia de una Nueva Evangelización, a través del último Sínodo de los  Obispos.  Una Nueva Evangelización  que despierte la pasión por el Evangelio en el mundo cristiano. Que suscite nuevas expresiones y nuevos métodos, misioneros y pastorales, para poder enfrentar los retos y desafíos que nos presentan el mundo globalizado y  la  sociedad moderna.  Por tanto, el Papa  ha dado  a la Iglesia, y a todos los  cristianos, una lección magistral de acogida y de disposición para esta gran renovación, en el espíritu de la Nueva Evangelización.  Así, su acción profética se convierte en  llamada a la Iglesia a renovarse en todos sus niveles para mostrar, a los hombres y mujeres, el amor salvífico, reconciliador y sanador de Jesucristo, con mayor pasión y coherencia”.

Con voz enfática, Monseñor  Eusebio, exclamó:  “por tanto, ustedes entran a esa  Iglesia, que,  quiere renovarse para hacerse fuerte en el amor y en el servicio, solidaria, madre y maestra. Vamos a construir una Iglesia viva y misionera, que sea, sacramento de fe y de vida en el Este de Puerto Rico.  Bienvenidos, pues, esa Iglesia es nuestra Iglesia, el Cuerpo de Cristo; y nosotros, a través de los Sacramentos de Iniciación Cristiana, queremos ser verdaderos discípulos misioneros”. Puntualizó.

Luego, continuó exhortándoles a seguir su formación, llenos de alegría y de esperanza. “Sé, que, han vivido lindos momentos a través de su proceso catecúmenal.   Como han visto, hay que ir descubriendo la fe y alimentando ese encuentro con Jesús para conocerle y amarle.  Pero, el encuentro con Jesús, debe forjar en ustedes hombres nuevos y mujeres nuevas, con actitudes y sentimientos que manifiesten el reinado de Dios en sus corazones y en sus acciones. Por tanto, hay que mantener una vida  de oración, de reflexión, de encuentro continuo con la Palabra de Dios; y siempre fieles y disponibles a la llamada de la  Iglesia para la misión y el servicio  pastoral.  Porque, en medio de ese mundo, estamos llamados a ser luz y sal de la tierra, promotores de la vida y de la reconciliación”. 

 También, les dijo, que, “al ser elegidos para los  Sacramentos de la Iniciación Cristiana (el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía), inscribirán sus nombres en el Libro de Registro de los miembros de la Comunidad de Fe.  Esa inscripción debe recordarles el carácter comunitario de la fe que profesan.   La fe  cristiana no se vive aisladamente, sino, en comunidad fraterna y solidaria.  Pertenecen a una Comunidad, llamada a ser familia, casa y escuela de comunión”. Subrayó. 

Monseñor Eusebio, les invitó a convertirse en piedras vivas para levantar a un País que agoniza por la falta de fe, de esperanza y  vivencia de amor.  Los hogares desarticulados y fríos,  la naturaleza maltratada,  y los ambientes sociales enfermos  por las drogas, la violencia y la corrupción, hablan por sí solos.  Este momento tiene que marcar sus vidas, porque,  ustedes van a recibir el bautismo, serán confirmados y participarán de la Mesa del Señor,  no para ser cristianos  rutinarios y frío, sino, piedras vivas del verdazo Pueblo de Dios. Puerto Rico que reclama la vida,  les necesita como discípulos misioneros en  medio de muchas familias desarticulas y sin amor, donde no hay comunicación  ni espíritu de sacrificio y de entrega fiel”.

Prosiguió, insistiendo en el discipulado misionero de los elegidos,  mientras, éstos le   escuchaba con detenimiento: “Ustedes tienen que insertarse en el seno de sus  familias y ser  signos de Cristo Jesús. Tienen que ser la luz del mundo, pero, empezando en sus hogares, con sus seres queridos, amigos y compañeros.  Recuerden, que , la luz no se enciende para que se esconda.  Ustedes se encienden  como “cristianos” para que iluminen y den frutos en abundancia al entrar en esa vida sacramental, conscientes, del Año de la Fe y en el espíritu de la Nueva Evangelización. Culminó.

Luego, los candidatos y las candidatas eran invitados  a presentarse frente al Altar del Señor,  mientras, eran llamados por sus nombres para realizar el rito de la elección y la acogida por parte del Pastor de la Diócesis. Al ser llamados, era palpable sus emociones cuando eran recibidos y elegidos por el Obispo como candidatos idóneos para recibir los sacramentos de la Iniciación Cristiana.  Luego, de la elección y acogida,  firmaban  el Libro de Registro, donde depositaban  su compromiso cristiano.

Para  finalizar el Rito de Elección, los candidatos recibieron el  saludo de la Paz de parte de Monseñor Eusebio. Mientras, les daba el saludo de la paz, también,  pronunciaba palabras de aliento,  aflorando en los candidatos emociones y expresiones de alegría y de acción de gracias a Dios por  la elección, acogida y aceptación en la Iglesia Local de la  Diócesis de El Yunque.

En un aparte, luego del Rito,  la Sra. Olga de la Rosa,  Coordinadora de RICA en la Concatedral Dulce Nombre de Jesús, de Humacao, manifestó que esta experiencia vivida era espectacular, pues, era la primera vez  que se hacía como Iglesia Diocesana.   Relatando que la experiencia de RICA, en el discipulado misionero es parte integral de el Plan de Pastoral  de la Diócesis de Fajardo-Humacao.  Describió la experiencia, como, maravillosa al ser llamados, cada uno de los candidatos,  por el Obispo y ser acogidos  personalmente por él, Pastor y Guía de la Iglesia en el Oriente de Puerto Rico.  Además, escucharles decir a los muchachos: “ya estampé mi firma en el Libro de la Iglesia, y ahora soy parte de esta Iglesia”, es algo bien especial.  Sin duda, que,  estas acciones hacen la diferencia y es unos de los momentos y signos más emotivos que enriquecen nuestra fe católica”, sostuvo.
  

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