“Vamos
a construir una Iglesia viva y misionera, que, sea sacramento de fe y de vida en el Este de Puerto
Ricio”, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos
Morales, Obispo de la Diócesis de El
Yunque.
El miércoles,
20 de febrero de 2013, se llevó a cabo en
la Casa de Retiro, Camino de la Cruz de Humacao, el Rito de Elección y Acogida
para los jóvenes y adultos que participan en el Proceso de Formación Catecúmenal, a través del Rito de Iniciación Cristiana para
Adultos (RICA). El Rito, y la Liturgia de la Palabra, fue presidida por el Obispo de la Diócesis, S.E.R. Mons. Eusebio
Ramos Morales en compañía del Rvdo. P. José A. Arocho, quien
dirige la Comisión de Liturgia, y
el Rvdo. Diácono Rafael García Pizarro. Cerca de cien (100) candidatos, juntos a sus
padrinos y familiares, provenientes de
distintas parroquias de la Diócesis Misionera, se dieron cita para participar
en este encuentro. Con rostros de
alegría y de esperanza, luego de un largo
proceso catecúmenal, iniciaron la
celebración, conscientes de su presencia y el significado de su elección durante este
tiempo cuaresmal, que, señala la Pascua.
Al iniciar la
celebración, Monseñor Eusebio, dio la bienvenida a los presentes, acogiéndolos
y animándolos a vivir la
experiencia en el espíritu del Año de la Fe. “Agradezco su
perseverancia en el proceso y su decisión de llegar hasta aquí, para solicitar a este Servidor, ser aceptados
y elegidos para la iniciación cristiana y poder, así, integrarse en la vida
sacramental de la Iglesia con conciencia
y verdadero corazón. Como Pastor y Guía de esta Iglesia Diocesana, los acogemos
y elegimos para los Sacramentos de la Iniciación Cristiana”, proclamó el Obispo
Luego,
aprovechó la ocasión para sondear en los catecúmenos sus impresiones sobre la
renuncia del Papa Benedicto XVI al Ministerio Petrino. Algunos
manifestaron sorpresa y admiración, entre otras reacciones. Para responder a sus inquietudes, él les dijo;
“No se preocupen, pues, la renuncia del
Santo Padre, Pastor de la Iglesia
Universal, tomó por sorpresa al mundo entero.
Pero, el mismo Benedicto XVI, nos ha señalado, que, quien dirige y gobierna a la Iglesia, es Jesucristo, con su Santo Espíritu”. Ciertamente, esto no ocurría cerca de seiscientos años. Sin embargo, esta
decisión sabia, valiente, con total libertad
y sumamente responsable, está muy
sintonía y coherencia con la labor magisterial del Papa Benedicto XVI. Señaló.
“Su Santidad,
Benedicto XVI, ha sido el Pontífice de
la proclamación del Año de la Fe y de la llamada a la Iglesia de una Nueva Evangelización, a
través del último Sínodo de los
Obispos. Una Nueva
Evangelización que despierte la pasión
por el Evangelio en el mundo cristiano. Que suscite nuevas expresiones y nuevos
métodos, misioneros y pastorales, para poder enfrentar los retos y desafíos que
nos presentan el mundo globalizado y
la sociedad moderna. Por tanto, el Papa ha dado
a la Iglesia, y a todos los
cristianos, una lección magistral de acogida y de disposición para esta
gran renovación, en el espíritu de la Nueva Evangelización. Así, su acción profética se convierte en llamada a la Iglesia a renovarse en todos sus
niveles para mostrar, a los hombres y mujeres, el amor salvífico, reconciliador
y sanador de Jesucristo, con mayor pasión y coherencia”.
Con voz
enfática, Monseñor Eusebio,
exclamó: “por tanto, ustedes entran a
esa Iglesia, que, quiere renovarse para hacerse fuerte en el
amor y en el servicio, solidaria, madre y maestra. Vamos a construir una
Iglesia viva y misionera, que sea, sacramento de fe y de vida en el Este de
Puerto Rico. Bienvenidos, pues, esa
Iglesia es nuestra Iglesia, el Cuerpo de Cristo; y nosotros, a través de los
Sacramentos de Iniciación Cristiana, queremos ser verdaderos discípulos
misioneros”. Puntualizó.
Luego, continuó
exhortándoles a seguir su formación, llenos de alegría y de esperanza. “Sé,
que, han vivido lindos momentos a través de su proceso catecúmenal. Como han visto, hay que ir descubriendo la
fe y alimentando ese encuentro con Jesús para conocerle y amarle. Pero, el encuentro con Jesús, debe forjar en
ustedes hombres nuevos y mujeres nuevas, con actitudes y sentimientos que manifiesten
el reinado de Dios en sus corazones y en sus acciones. Por tanto, hay que
mantener una vida de oración, de
reflexión, de encuentro continuo con la Palabra de Dios; y siempre fieles y
disponibles a la llamada de la Iglesia
para la misión y el servicio
pastoral. Porque, en medio de ese
mundo, estamos llamados a ser luz y sal de la tierra, promotores de la vida y
de la reconciliación”.
También, les dijo, que, “al ser elegidos para
los Sacramentos de la Iniciación
Cristiana (el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía), inscribirán sus
nombres en el Libro de Registro de los miembros de la Comunidad de Fe. Esa inscripción debe recordarles el carácter
comunitario de la fe que profesan. La
fe cristiana no se vive aisladamente,
sino, en comunidad fraterna y solidaria.
Pertenecen a una Comunidad, llamada a ser familia, casa y escuela de
comunión”. Subrayó.
Monseñor
Eusebio, les invitó a convertirse en piedras vivas para levantar a un País que
agoniza por la falta de fe, de esperanza y
vivencia de amor. Los hogares
desarticulados y fríos, la naturaleza
maltratada, y los ambientes sociales
enfermos por las drogas, la violencia y
la corrupción, hablan por sí solos. Este
momento tiene que marcar sus vidas, porque,
ustedes van a recibir el bautismo, serán confirmados y participarán de
la Mesa del Señor, no para ser
cristianos rutinarios y frío, sino,
piedras vivas del verdazo Pueblo de Dios. Puerto Rico que reclama la vida, les necesita como discípulos misioneros
en medio de muchas familias desarticulas
y sin amor, donde no hay comunicación ni
espíritu de sacrificio y de entrega fiel”.
Prosiguió,
insistiendo en el discipulado misionero de los elegidos, mientras, éstos le escuchaba con detenimiento: “Ustedes tienen
que insertarse en el seno de sus
familias y ser signos de Cristo
Jesús. Tienen que ser la luz del mundo, pero, empezando en sus hogares, con sus
seres queridos, amigos y compañeros.
Recuerden, que , la luz no se enciende para que se esconda. Ustedes se encienden como “cristianos” para que iluminen y den frutos
en abundancia al entrar en esa vida sacramental, conscientes, del Año de la Fe
y en el espíritu de la Nueva Evangelización. Culminó.
Luego, los
candidatos y las candidatas eran invitados
a presentarse frente al Altar del Señor,
mientras, eran llamados por sus nombres para realizar el rito de la
elección y la acogida por parte del Pastor de la Diócesis. Al ser llamados, era
palpable sus emociones cuando eran recibidos y elegidos por el Obispo como
candidatos idóneos para recibir los sacramentos de la Iniciación
Cristiana. Luego, de la elección y
acogida, firmaban el Libro de Registro, donde depositaban su compromiso cristiano.
Para finalizar el Rito de Elección, los candidatos
recibieron el saludo de la Paz de parte
de Monseñor Eusebio. Mientras, les daba el saludo de la paz, también, pronunciaba palabras de aliento, aflorando en los candidatos emociones y
expresiones de alegría y de acción de gracias a Dios por la elección, acogida y aceptación en la
Iglesia Local de la Diócesis de El
Yunque.
En un aparte,
luego del Rito, la Sra. Olga de la
Rosa, Coordinadora de RICA en la
Concatedral Dulce Nombre de Jesús, de Humacao, manifestó que esta experiencia
vivida era espectacular, pues, era la primera vez que se hacía como Iglesia Diocesana. Relatando que la experiencia de RICA, en el
discipulado misionero es parte integral de el Plan de Pastoral de la Diócesis de Fajardo-Humacao. Describió la experiencia, como, maravillosa
al ser llamados, cada uno de los candidatos,
por el Obispo y ser acogidos
personalmente por él, Pastor y Guía de la Iglesia en el Oriente de
Puerto Rico. Además, escucharles decir a
los muchachos: “ya estampé mi firma en el Libro de la Iglesia, y ahora soy
parte de esta Iglesia”, es algo bien especial.
Sin duda, que, estas acciones
hacen la diferencia y es unos de los momentos y signos más emotivos que
enriquecen nuestra fe católica”, sostuvo.
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