lunes, 4 de marzo de 2013

INICIA EL TIEMPO DE CUARESMA EN LA DIÓCESIS DE EL YUNQUE: “NUEVA EVANGELIZACIÓN ES CAMINAR CON FE HACIA LA CONVERSIÓN"







Mons.  Eusebio realizando el Signo de la Cruz con la cenizas a los feligreses.


Por: José A. Velázquez
Para: EL Visitante, Prensa para la Paz


El pasado miércoles, 13 de febrero de 2013, se inició el Tiempo Cuaresmal. En este tiempo,  con espíritu renovador y misionero, y en el Año de la Fe y  en el  marco de la Nueva Evangelización,  la Diócesis de El Yunque invita al pueblo cristiano a caminar con  fe hacia la conversión. En la mañana, fieles de la Comunidad Catedralicia de Fajardo   se congregaron para  iniciar este tiempo litúrgico, junto a su Pastor y guía de la Diócesis, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales, quien presidió la Celebración Eucarística.  Acompañado por el Rvdo. P. Antonio Marrero, Rector, y los diáconos, José A. Ríos Soto y Ángel Ramos Vélez,  el Obispo, inició la Liturgia invitando al Pueblo de Dios a la oración por el Santo Padre, Benedicto XVI, y por la Iglesia, en momentos, en que  ésta entraba en un proceso de transición de gran envergadura,  para sí misma y para el mundo.

Les habló a los feligreses sobre este proceso de la renuncia del Papa al Ministerio Petrino,  inaudito y sorprendente, pero, totalmente coherente con una mente sabia, colmada de paz, de profunda comunión con Dios y de  un amor  fiel y extremo a la Iglesia de Jesucristo, Nuestro Señor.  Les recordó, que, Benedicto XVI fue el que erigió a  la  Diócesis de Fajardo-Humacao (11 de marzo de 2008) y creador de este Episcopado para el Este de Puerto Rico.  Por tanto, les invitó a todos a unirse en oración de acción de gracias por el Santo Padre y  a pedir al Espíritu Santo que le  guiara en los últimos días de  su Pontificado para que mantuviera la paz, la alegría y la salud.  Al mismo tiempo, les recordó, que,  era momento para todo el Pueblo Católico,  de unirse a sus Pastores y orar intensamente, pidiendo al Espíritu Santo que acompañe  a la Iglesia  en este proceso de transición y suscite un próximo Sucesor de Pedro, acorde a los tiempos, y a  los desafíos  y retos de la  Nueva Evangelización.

Luego, el Obispo, les hizo un llamado a la conversión, solicitándole, que, aprovecharan el tiempo cuaresmal para  transformar  sus mentes y corazones.  Era urgente  en Puerto Rico, que, los cristianos revivieran su bautismo en Cristo Jesús,  y  como verdaderos discípulos misioneros, vivieran su fe  con espíritu testimonial  en el seno de los hogares, en cada una de las comunidades parroquiales inmersos en la sociedad puertorriqueña.  Así, les señaló: “Nos  urge una transformación amplia de estilos y hábitos de vida, que, nos mueva a salir de la violencia, del individualismo, de la indiferencia y corrupción  social y moral, para encaminarnos, como personas y como pueblo, en una agenda común de reconciliación y de reconstrucción de la sociedad puertorriqueña.  Pero, sin corazones y mentes nuevas  no hay  hombres ni mujeres nuevas.  Sin corazones  nuevos no hay  verdaderos discípulos misioneros. Por eso, les digo, que, la Nueva Evangelización   comienza en el corazón y que, es urgente caminar con fe hacia la conversión”.  Luego, se impuso las cenizas al Pueblo de Dios y la Liturgia continuó como de costumbre.

Posteriormente,  el Obispo, se trasladó hasta la sede de las Oficinas Centrales del Departamento de Corrección y Rehabilitación, en Hato Rey.  Allí,  acompañado por el Rvdo. Diácono José Manuel Sánchez Márquez, Director de la Capellanía Católica en este Departamento,  el Obispo, también,  presidió la Eucaristía e impuso las cenizas a un nutrido grupo de empleados y voluntarios de la Pastoral Penintenciaria Católica. En esta ocasión, Monseñor Eusebio, fue recibido por el  Honorable Secretario de Corrección,  el Lic. José Ramón Negrón Fernández, y un grupo de empleados y oficiales de está instrumentalidad gubernamental; y otros empleados  del Departamento  de Educación,  para participar de la Santa Misa.
 
Al iniciar la Santa Misa, el Obispo, como parte de la invitación al Pueblo a entrar en comunión, oración y penitencia, proclamó su lema diocesano: “Nueva Evangelización, es caminar con fe hacia la conversión”.  “Que este proceso de conversión nos levante como pueblo y como País.  Que nos convierta en ‘piedras vivas’, para afianzar la fe de nuestros hermanos en el Año de la  Fe”.  Añadió: “los cristianos tenemos que ser luz del mundo y sal de la tierra. Que la ceniza que recibimos con el signo de la Cruz, sea signo de verdadera conversión, y penetre en nuestras mentes y  en nuestro corazones”.

En su homilía para esta nueva asamblea,  el Obispo,  les invitó a iniciar la Cuaresma en torno al Año de la Fe,  y  vivirla con ansias de conversión y anhelos de vida.   Una vez más, aprovechó la ocasión para orar por Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, y por el proceso de transición que la Iglesia Universal enfrentaría,  tras, éste culminar su Ministerio Petrino. Además, reconoció, que, esta  gran lección papal nos tenía que servir a todos  de estímulo y aprecio  por la  vida,  y de  testimonio de fe y de esperanza. “Cuando las fuerzas nos flaquean, el cansancio y el agotamiento se hacen evidentes, reconocerlo y  asumir las consecuencias de esta realidad,  es tarea genuina de hombres y mujeres, sabios y valientes”, resaltó.   

Luego, recordó, que, el Papa Benedicto era el que había proclamado el Año de la Fe y el que había convocado a  la Iglesia a una Nueva Evangelización,  invitándonos a todos  a orientar nuestras vidas desde la fe, por la fe y hacia la fe  en Cristo Jesús, Hijo de Dios y hermano nuestro, quién  vino para salvarnos desde la Cruz.  Al continuar su mensaje,  les dijo, que, en este tiempo cuaresmal, la palabra más mencionada era “conversión”.   Preguntó: ¿qué significa esta palabra?  Hizo referencia a algunas definiciones ordinarias de la conversión. Acto seguido, subrayó: “Pero, cuando entramos en el Evangelio, la palabra conversión, toma un sentido empírico profundo, a lo que San Pablo le llama, ‘cambio de mente y  de corazón’, conocido como metanoia.  Es decir, se trata de  un cambio desde adentro, profundo, que, produce nuevas acciones, nuevas mentalidades y nuevas formas de ser y  de actuar”.  Mientras, que, “para el Apóstol  San Juan,  es a salir de las tinieblas y del pecado  para ver con el corazón.  Es descubrir otra realidad  a la luz del Espíritu y  ver, desde adentro, para abrazar la fe en el que  es la  Luz del Mundo y Camino, Verdad y Vida: Jesucristo, Nuestro Señor y  dador de Vida”. 

Por tanto, “la conversión, que,  se nos pide en este tiempo cuaresmal, nos debe llevar a abandonar al hombre viejo, a la mujer vieja,   y  a  todo  tipo de esclavitud, de injusticia, de egoísmo,  de odio, para pasar al hombre nuevo, a la mujer nueva, con corazón nuevo y mentalidad nueva.  Para, así,  convertirnos en verdaderos  hombres y mujeres de fe, y  en auténticos discípulos misioneros, forjadores y testigos de una Nueva Evangelización. Realmente, se trata de un nuevo nacimiento.   A esto, se refería Jesús cuando le habló a Nicodemo: ‘tienes que nacer de nuevo’. Cuando decimos, caminar con fe  hacia la conversión, es disponernos, desde adentro, a transformarnos en criatura nueva  y con una mente libre para amar y servir a Dios, y al prójimo,  con el corazón liberado de odios, hipocresías y  violencias;  y capaces de vernos iguales y al servicio de los demás.  Pero, hermanos, esto es sólo posible  con el encuentro amoroso y misericordioso con Cristo Jesús, quién, con su Espíritu nos recrea, nos transforma y nos renueva”,  subrayó.

Continuó en su mensaje, Monseñor Eusebio,  resaltando, que, “existe una necesidad de conversión en nuestro Puerto Rico, al tener una sociedad llena de egoísmo,  de corrupción moral y social,  y de injusticias.  El drama de  nuestro País, lo tienen ustedes  dibujado en el rostro de nuestra población penal, con las cárceles llenas, especialmente, de jóvenes que vienen de hogares y familias  desarticulados e inestables; o de ambientes marcados por las injusticias, la violencia y la marginación social.  Hoy,  con la cultura del tener  y del culto a las modas y a la superficialidad  (el secularismo y relativismo, que, tanto nos ha advertido el Papa Benedicto),   nos estamos vaciando de Dios.    Por tanto,  nos estamos vaciando de trascendencia, de amor, de libertad,  de interrelación, de comunión fraterna  y solidaria, y de espíritu. Pero, estos elementos que  nos identifican y  definen  como seres humanos,  viene de Dios y  marcan  nuestra integridad y dignidad humana.  Cada vez más, nos materializamos más  y nuestras vidas comienzan a girar en torno a nosotros mismos,  excluyendo a Dios y a los demás.   Es urgente   caminar con  fe hacia la conversión,  y encontrarnos con Jesús.

Nuevamente, con voz profética, cuestionó: ¿Por qué la violencia nos ha atrapado como pueblo y sociedad? ¿Por qué la familia, espacio sagrado que proviene de Dios para la vida misma, hoy se ve cuestionada y amenazada,   y se pretende describir al margen de los valores cristianos ?  ¿Por qué, tantos niños vienen al mundo sin ser amados, ni abrazados por la entrega y sacrificios,  que,  se supone que lo hagan  sus propios padres y la  sociedad, en general;  y muchos son abortados, abandonados o  dañados, posteriormente?  ¿Por qué nuestros ancianos, luego de sacrificarse en la vida por sus hijos, muchos de ellos terminan aislados o abandonados por sus seres queridos, como si fueran meros residuos?   Cuando las respuestas a  estas preguntas nos lleven a la conversión, como  personas, como pueblo, como sociedad, y como Iglesia,  entonces, se iniciará la Nueva Evangelización y estaremos en camino a construir un  pueblo nuevo, una sociedad nueva, amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo,  como a ti mismo”, puntualizó.   

Al finalizar la celebración litúrgica,  Monseñor Eusebio agradeció al nuevo Secretario, Licenciado Negrón Fernández,  por la acogida  y disponibilidad para que se  celebrara  la Eucaristía en el inicio de la Cuaresma. También aprovechó la ocasión para expresarle su disposición  personal y de la Iglesia, para trabajar, mano a mano, con la rehabilitación de los Confinados y sus familiares, para construir un mejor País para todos.   

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