Germina la fe y la
esperanza en la Comunidad Villa Hugo, del Barrio San
Isidro de Canóvanas,
en el Año de la Fe
“Sin una renuncia genuina al pecado, a las
injusticias, al odio, al mal, y sin una conversión verdadera de corazón, es
imposible convertirnos en verdaderos discípulos misioneros de Jesús y ser servidores en su Iglesia”,
S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales,
Obispo de la Diócesis de El Yunque.
El
pasado domingo, 20 de enero de 2013, la
Comunidad de Villa Hugo en Canóvanas se vistió de fiesta. Hasta allí se
trasladó el Obispo de la Diócesis de El Yunque, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos
Morales, para bendecir y consagrar la Capilla que se levantó en el sector, bajo el patronato de Nuestra Señora de la
Altagracia. Después de varios años de espera, de arduo trabajo y muchos
sacrificios, la Comunidad de Villa Hugo,
que está compuesta mayormente por familias de nacionalidad dominicana, tuvieron
la dicha de su primera celebración eucarística en su propia capilla.
Acompañaron al Obispo el Rvdo. P. Jesús Palomares, párroco de la Parr. La Resurrección, el Diácono Pedro Flores, el Aspirante al Diaconado Dr. Fernando Ferri y las Hermanas de la Orden Religiosa Carmelitas Teresas de San José (Hogar Teresa Toda). Junto a ellos, se congregaron más de doscientos cincuenta feligreses de la Comunidad Parroquial, que se dieron cita para participar de este momento solemne e histórico en la Diócesis de Fajardo-Humacao. Con un Ministerio de Música, constituido por gente de la Parroquia y niños de la misma Comunidad de Villa Hugo, entonaron cánticos, himnos, salmos y alabanzas al Señor en la liturgia de consagración y de acción de gracias. Acción de gracia por los beneficios y bendiciones que Dios ha otorgado a esta Comunidad, que, buscaba levantar su capilla desde mucho antes. ¡Y el momento esperado, llegó!
Acompañaron al Obispo el Rvdo. P. Jesús Palomares, párroco de la Parr. La Resurrección, el Diácono Pedro Flores, el Aspirante al Diaconado Dr. Fernando Ferri y las Hermanas de la Orden Religiosa Carmelitas Teresas de San José (Hogar Teresa Toda). Junto a ellos, se congregaron más de doscientos cincuenta feligreses de la Comunidad Parroquial, que se dieron cita para participar de este momento solemne e histórico en la Diócesis de Fajardo-Humacao. Con un Ministerio de Música, constituido por gente de la Parroquia y niños de la misma Comunidad de Villa Hugo, entonaron cánticos, himnos, salmos y alabanzas al Señor en la liturgia de consagración y de acción de gracias. Acción de gracia por los beneficios y bendiciones que Dios ha otorgado a esta Comunidad, que, buscaba levantar su capilla desde mucho antes. ¡Y el momento esperado, llegó!
Durante
la Homilía, Mons. Eusebio, se dirigió a la Comunidad, reconociendo el contenido
memorial del acontecimiento que se celebraba.
“Hoy esta Comunidad de Villa Hugo, cobra vida al ver su sueño
cumplido. Tengamos presente, que no solo
consagramos una Capilla; con esta, también se consagra la Comunidad entera.
Jesús les abraza con su presencia y les muestra su amor y su
misericordia. Su presencia eucarística viene
a nosotros para renovarnos y llenarnos
de su luz, de su paz y su alegría.
Dejemos que Él brille, no sólo en el Sagrario, sino también, en nuestros
corazones, en nuestros hogares y en medio de la Comunidad de Villa Hugo.
Convirtámonos en sus discípulos misioneros y llevemos a los demás, palabras de vida, de fe y de esperanza”.
Mons.
Eusebio , continuó indicando, que, este tiempo de Nueva Evangelización requiere
de hombres y mujeres transformados y
renovados por Jesús. “Transformados con
su amor, su perdón y su misericordia, nos llenamos de vida. Este País, la Sociedad, nuestra propia
Comunidad, necesita de signos de vida, de discípulos vivos que pregonen por
todas partes que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Pero esto, hay que hacerlo con un testimonio
personal y entusiasta, pero también,
comunitario y eclesial. Necesitamos
comunidades vivas, iglesia viva, un pueblo vivo, que trabajen en contra
de la violencia, del odio, del pecado.
Villa Hugo puede ser y quiere ser esa comunidad viva, y para eso, Jesús,
establece su morada entre ustedes con su
presencia sacramental”.
Terminada
la Homilía, se inició la bendición,
invocando a los Santos con el Canto de las Letanías, seguida de la consagración
del Altar con el Santo Crisma; unción
que se extendió a las columnas de la
Capilla. Posteriormente, se
preparó el incienso, en ofrecimiento del buen olor de Cristo, como signo de ofrenda y adoración de la
Iglesia allí reunida. Culminó la
consagración con el revestimiento del
Altar, preparándolo para la
Eucaristía.
Pero,
antes de la Consagración Eucarística, se llevaron a cabo las primeras
Confirmaciones en la Nueva Capilla. El P. Jesús Palomares hizo la presentación
de siete (7) adolescentes, que, presentados por sus padrinos, recibieron de
parte del Obispo el Sacramento de la Confirmación, a través de la imposición de
manos y la unción con el Santo
Crisma. Llamó la atención el jovencito,
Jesús M. Domínguez Rojas, que, en
diálogo con el Obispo y antes de ser ungido, proclamó con voz firme:
“me confirmo para servir a la Iglesia y a esta Comunidad”. Arrancó los aplausos de todos.
La
Misa continuó como de costumbre, consagrándose,
por primera vez, en el nuevo
Altar el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La participación de la gente,
noble y sencilla, era verdadero testimonio de fe y de esperanza.
Al
finalizar la Celebración Eucarística, Monseñor Eusebio, agradeció a la Familia
Domínguez Rojas, por haber permitido y acogido
a la Comunidad en su casa
mientras se construía la Capilla. De igual manera, el Sr. Gerardo Soriano,
junto al Comité Pro-Construcción, agradecieron al Obispo, por toda la confianza
puesta en ellos y en la Comunidad.
También aprovecharon para agradecer a P. Palomares, su entrega y
dedicación, apoyando al equipo parroquial comunitario en la recaudación de
fondos, acompañándoles en todo momento y en la
preparación de la Liturgia de Consagración y la bendición de la Nueva
Capilla.
¡Felicidades
Villa Hugo y adelante Diócesis de El Yunque! ¡En hora buena!
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