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Niños, jóvenes, adultos y un nutrido grupo de feligreses le llevan parranda a Mons. Eusebio. |
Parrandas, en toda la Diócesis de El Yunque
“La
Iglesia siempre ha acompañado y ha promovido la cultura de este País.
Es importante que impulse estos
encuentros y que convoque, porque, cuando los sacerdotes
y el Obispo convocan,
la gente va y participa”. Mons. Eusebio Ramos Morales
Por: Ana Recci
Para el Visitante, Prensa para la Paz
Con el ímpetu de compartir la alegría de la temporada navideña, se
unieron las dos parroquias de Luquillo, San José y María, Madre del
Redentor, para compartir en la residencia
de Monseñor Eusebio Ramos Morales, Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao.
Padre Vicente Pascualetto, Párroco de la Iglesia San José, y quien también es el Vicario General de la
Diócesis, junto al sacerdote P. Tony
Alicea, de la Parroquia María, Madre del Redentor, convocaron y celebraron este gran encuentro de
hermanos en la fe con sus feligresías.
A las 6:30 p.m. comenzó la Santa Misa en la Parroquia San José, oficiada
por Padre Harold Stone. Luego, los feligreses de Luquillo, Pueblo, partieron para encontrarse con los hermanos de
la Parroquia, María Madre del Redentor, en los terrenos del futuro Santuario de la
Diócesis, Santiago Apóstol. Reunidos bajo la Carpa, alabaron, cantaron y se
llenaron de júbilo para entonces,
continuar la marcha y visitar el hogar de su Pastor Diocesano. En caravana, como Iglesia floreciente y
misionera, partieron todos para compartir ese gozo y alegría, a través de una
gran parranda. Con ésta llegaron y sorprendieron a Monseñor Eusebio Ramos, en su
propia residencia.
Fieles católicos de todas las edades, entre, los que se encontraban niños, jóvenes y
adultos, con sus instrumentos en mano, comenzaron a cantar y a disfrutar como
una sola familia y comunidad cristiana. Con sus güiros, panderos, guitarras y
flauta, los músicos y vocalistas, compuestos por sacerdotes y laicos,
testimoniaron el gozo del Emmanuel, del “Dios con nosotros”; quien, cuando se
hace presente en el corazón humano, lo que trae es felicidad.
El Obispo Eusebio no podía dejar de expresar su alegría ante la celebración
de sus presbíteros, religiosas y el laicado allí reunido, compartiendo y
disfrutando de la parranda. La fiesta continuó en un ambiente sano y lleno de
regocijo. Las luces de colores y la hermosa vista, desde su residencia en lo alto, creaban un
escenario espectacular.
Los jóvenes con sus panderos, los niños moviéndose de lado a lado y los
adultos, cantando, bailando y sonriendo todo el tiempo, demostraron que la Isla
del Cordero lleva ese nombre por una razón: Jesús, el Hijo de Dios
reaviva los corazones en la Navidad. Por
otro lado, la alegría crecía cuando P. Vicente Pascualeto en la guitarra, Padre
Harold Stone en la flauta y un buen grupo de damas y caballeros con sus voces, se encargaban de avivar la noche.
La parranda, más, que una fiesta de
Navidad, se convirtió en
expresión de una Iglesia viva, que, comparte y celebra su fe en comunidad, como los primeros
cristianos. En un aparte con El
Visitante, Monseñor Eusebio Ramos Morales, nos
dijo que se sentía muy feliz al ver a un pueblo alegre que celebra su
cultura y vive su tradición. Además,
señaló que, la noche antes, también los
jóvenes le habían llevado una parranda. Y que en los siguientes días, otras dos comunidades también le visitarían.
“Desde que llegamos aquí, a la Diócesis
de El Yunque, estamos impulsando el encuentro fraterno y solidario entre las comunidades
parroquiales. Estos momentos claves en
la vida de este Pueblo y fuertes en la Liturgia, especialmente, la Navidad, nos sirven para cultivar esa alegría
y el compartir comunitario. Por eso, hemos tratado de impulsar que, entre las parroquias se lleven parrandas entre sí. Ahora,
ellos también, han querido llevar una parranda
al Obispo”, dijo, mostrando una gran sonrisa.
“La Navidad es de las fiestas principales en Puerto Rico y ya tú ves
como se ha ido perdiendo la fuerza que
tenía antes. La Iglesia, que, siempre alimentó y acompañó la cultura e identidad de este País, está viva y presente impulsando estos encuentros. Es importante
que convoque, porque, cuando los
sacerdotes y el Obispo convocan, la gente va y participa. Por eso, exhorto a que, en medio de tanta situaciones dificiles,
de tantas dificultades e inseguridad en el País, la gente celebre la fe,
justo, en el Año de la Fe y de la Nueva
Evangelización. Que continúe reunida y
reflexionando la llamada y llegada de Jesús, el Emanuel, que es el contenido de
la verdadera Navidad. Es necesario fomentar esos lazos de comunión, de amor y de paz, que, van brotando con todo este trabajo misionero y pastoral”,
concluyó Obispo Mons. Eusebio.
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