sábado, 12 de enero de 2013

Fieles sorprenden con una parranda al Obispo, Mons. Eusebio.





Niños, jóvenes, adultos y un nutrido grupo de feligreses le llevan parranda a Mons. Eusebio.

Parrandas, en toda la Diócesis de El Yunque



“La Iglesia siempre ha acompañado y ha promovido la cultura de este País.  
Es importante que impulse estos encuentros y que convoque, porque, cuando los sacerdotes 
y el Obispo convocan, la gente va y participa”. Mons. Eusebio Ramos Morales



Por: Ana Recci
Para el Visitante, Prensa para la Paz


Con el ímpetu de compartir la alegría de la temporada navideña, se unieron las dos parroquias de Luquillo, San José y María, Madre del Redentor,  para compartir en la residencia de Monseñor Eusebio Ramos Morales, Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao.
Padre Vicente Pascualetto, Párroco de la Iglesia San José,  y quien también es el Vicario General de la Diócesis, junto al sacerdote P.  Tony Alicea, de la Parroquia María, Madre del Redentor,  convocaron y celebraron este gran encuentro de hermanos en la fe con sus feligresías.

A las 6:30 p.m. comenzó la Santa Misa en la Parroquia San José, oficiada por Padre Harold Stone. Luego, los feligreses de Luquillo, Pueblo,  partieron para encontrarse con los hermanos de la Parroquia, María Madre del Redentor,  en los terrenos del futuro Santuario de la Diócesis, Santiago Apóstol. Reunidos bajo la Carpa, alabaron, cantaron y se llenaron de júbilo para entonces,  continuar la marcha y visitar el hogar de su Pastor Diocesano.   En caravana, como Iglesia floreciente y misionera, partieron todos para compartir ese gozo y alegría, a través de una gran parranda. Con ésta llegaron y  sorprendieron a Monseñor Eusebio Ramos, en su propia residencia.

Fieles católicos de todas las edades, entre,  los que se encontraban niños, jóvenes y adultos, con sus instrumentos en mano, comenzaron a cantar y a disfrutar como una sola familia y comunidad cristiana. Con sus güiros, panderos, guitarras y flauta, los músicos y vocalistas, compuestos por sacerdotes y laicos, testimoniaron el gozo del Emmanuel, del “Dios con nosotros”; quien, cuando se hace presente en el corazón humano, lo que trae es felicidad.

El Obispo Eusebio no podía dejar de expresar su alegría ante la celebración de sus presbíteros, religiosas y el laicado allí reunido, compartiendo y disfrutando de la parranda. La fiesta continuó en un ambiente sano y lleno de regocijo. Las luces de colores y la hermosa vista, desde  su residencia en lo alto, creaban un escenario espectacular.

Los jóvenes con sus panderos, los niños moviéndose de lado a lado y los adultos, cantando, bailando y sonriendo todo el tiempo, demostraron que la Isla del Cordero lleva ese nombre por una razón:  Jesús, el Hijo de Dios reaviva los corazones en la Navidad.  Por otro lado,  la alegría crecía cuando P.  Vicente Pascualeto en la guitarra, Padre Harold Stone en la flauta y un buen grupo de damas y caballeros  con sus voces, se encargaban  de avivar la noche.

La parranda, más, que una fiesta de  Navidad,  se convirtió en expresión de una Iglesia viva, que, comparte y celebra su fe  en comunidad, como los primeros cristianos.  En un aparte con El Visitante, Monseñor Eusebio Ramos Morales, nos  dijo que se sentía muy feliz al ver a un pueblo alegre que celebra su cultura y vive su tradición.   Además, señaló que, la noche antes, también  los jóvenes le habían llevado una parranda. Y que en los siguientes días,  otras dos comunidades también le visitarían.

“Desde que llegamos aquí, a la Diócesis  de El Yunque, estamos impulsando el encuentro fraterno  y solidario entre las comunidades parroquiales.  Estos momentos claves en la vida de este Pueblo  y fuertes  en la Liturgia, especialmente,  la Navidad, nos sirven para cultivar esa alegría y el compartir comunitario. Por eso, hemos tratado de impulsar que, entre las  parroquias se lleven parrandas entre sí. Ahora, ellos también,  han querido llevar una parranda al Obispo”, dijo, mostrando una gran sonrisa.

“La Navidad es de las fiestas principales en Puerto Rico y ya tú ves como se ha ido perdiendo la  fuerza que tenía antes. La Iglesia, que,  siempre  alimentó y acompañó la cultura e identidad  de este País, está viva y presente  impulsando estos encuentros.  Es importante  que convoque, porque,  cuando los sacerdotes y el Obispo convocan, la gente va y participa. Por eso, exhorto a  que, en medio de tanta situaciones dificiles, de tantas dificultades e inseguridad en el País, la gente celebre la fe, justo,  en el Año de la Fe y de la Nueva Evangelización. Que continúe reunida  y reflexionando la llamada y llegada de Jesús, el Emanuel, que es el contenido de la verdadera Navidad. Es necesario fomentar esos lazos de comunión, de amor y  de paz, que, van brotando con  todo este trabajo misionero y pastoral”, concluyó Obispo Mons. Eusebio.

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