Rvdo. P. Oscar Sanchéz, Vicario de Pastoral, junto a Mons. Eusebio. |
Desde que inició nuestra Diócesis de Fajardo-Humacao decidimos remar mar adentro, echar las redes en nombre de Cristo, adherirnos estrechamente a Él, como el sarmiento a la vid, pues Jesús lo dijo claramente: …sin mí no podéis hacer nada(cf Jn 15,5); en cambio todo lo podemos en aquel que nos conforta (cf Fil 4,13). Somos conscientes de nuestras limitaciones en estos cuatro años (no tenemos un obispado, una casa de retiros, limitado número de sacerdotes; pero el don de Dios ha sido más fuerte que nuestras limitaciones y va encendiendo cada día más corazones de fieles, de agentes de pastoral que están dando el cien por ciento para que Cristo en nuestra Diócesis sea conocido, amado y testificado.
Caminar
con Cristo ha significado fortalecer los pilares en que se sostiene nuestro
Plan Diocesano de Pastoral; entre ellos la Palabra,que es el alimento
para la vida, para la oración y para el camino diario, el principio de
unificación de la comunidad en la unidad de pensamiento, la inspiración para la
constante renovación y para la creatividad apostólica. La Palabrade Dios es
fuente de vida para la Iglesia y la proponemos como una de las fuentes de la
evangelización, como don del Padre para el encuentro con Cristo, que se
convierta para cada cristiano en alimento vivificante para que con su propia
experiencia, vea que las palabras de Jesús son espíritu y vida (Jn 6,63).
Caminar
con Cristo significa seguirle, permanecer y perseverar junto a Élen los
momentos alegres, como en los momentos difíciles de nuestra vida. Jesús llama a
todos a seguirle pero no todos respondemos a ese llamado. Caminar con Cristo
significa también reencontrar el primer amor, el destello inspirador con
que se comenzó el seguimiento (cf Apoc 2,4; Jer 2,2). El seguimiento es sólo la
respuesta de amor al amor de Dios. Si nosotros amamos es porque El no s ha
amando primero (1Jn 4,10.19). Esto significa reconocer su amor personal con
aquel íntimo conocimiento que hacía decir al apóstol san Pablo “Cristo me ha
amando y ha dado su vida por mí” (Gal 2,20).
Caminamos y remamos
Caminamos
y remamos anunciando nuestra fe, comunicando la alegría de ser testigos en una
Diócesis de muchos retos; pero como Abrahamcaminamos desiertos con una fe profunda
en Dios, “arraigados en Cristo, firmes la fe”(Col 2,7) sembrando la buena
semilla del amor. Como también remamos en aguas profundas y turbulentas hacia
Vieques y Culebra para compartir nuestra fe con los hermanos viequenses y
culebrenses que son parte de nuestra Diócesis. “La fe es garantía de lo que se
espera; la prueba de las realidades que no se ven” (Hb11,1). La fe se
fortalece dándolay en estos cuatro años la Escuela La Barcase ha
movido a Vieques y Culebra para dar la formación que han recibido las tres
Misiones: Misión de Fajardo, Misión de Humacao y Misión de Loíza. El primer año
se estudió el Documento de Aparecida; el segundo año se impartió Cristologíay
el tercer año fue sobre Eclesiologíay ha sido una experiencia
maravillosa porque la participación de los líderes de las parroquias ha sido
muy numerosa. En nuestro caminar y remar debemos ser luz de Cristo, “El
discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella sino también
profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: “Todos vivan preparados
para confesar a Cristo ante los hombres y a seguirle por el camino de la cruz
en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia” (LG 42; cf DH 14).El
servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: “Todo [...]
aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él
ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres,
le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos (Mt10, 32-33)”.(CCE
1816).
Vida de fe y conversión.
Uno
de los grandes retos en nuestra Diócesis es fortalecer la fe en el Pueblo de Dios
y durante todo este año. Durante el mes de agosto, estudiaremos en la Escuela
de Formación, La Barca, el Catecismo de la Iglesia Católica, para
que todos los agentes comprometidos en la Diócesis conozcan nuestra fe y
conociéndola y viviéndola la comparta con sus hermanos. Cuando de verdad
creemos y amamos a Jesús somos capaces de renunciar a cualquier seguridad
terrena, y seguir al Señor sin importar los riesgos, pues somos capaces incluso
de subir a su cruz con la plena confianza que seremos fortalecidos por su amor,
por su misericordia. Es esta la fe que finalmente nos lleva a la verdadera
conversión.
Este año de
fe y conversión caminaremos de la mano de Jesús y de nuestros patrones:
Santiago Apóstol y la Virgen del Carmen, que nos guiaran a fortalecer nuestra
fe y conducirnos a una verdadera conversión. Conscientes de que la fe es un don
gratuito de Dios, nos esforzaremos por alimentarla a través de la oración, La
Palabra de Dios, la Eucaristía, pues “Este don inestimable podemos perderlo;
san Pablo advierte de ello a Timoteo: «Combate el buen combate, conservando la
fe y la conciencia recta; algunos, por haberla rechazado, naufragaron en la fe»
(1 Tm1,18-19); debemos pedir al Señor que nos la aumente (cf. Mc9,24; Lc17,5;
22,32); debe «actuar por la caridad» (Ga5,6; cf. St2,14-26), ser sostenida por
la esperanza (cf. Rom15,13) y estar enraizada en la fe de la Iglesia”(CCE
162).
Gracias a los
sacerdotes, a los diáconos, a los religiosos(as), a los movimientos, grupos y
áreas de pastoral que en estos cuatro años han puesto alma, vida y corazón por
nuestra Diócesis. Los invito a seguir con ese entusiasmo, con ese fuego
encendido del Espíritu Santo que lo renueva y lo transforma todo. Diócesis de
El Yunque, ni un paso atrás, caminemos y rememos con Cristo, pregonando nuestra
fe.
Pbro.
Oscar Alberto Sánchez López
Vicario
de PastoralDiócesis de Fajardo- Humacao
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