MISA DE ORDENACIÓN DIACONAL
DE JEAN RONY MANOUNE, O.S.B.
DE JEAN RONY MANOUNE, O.S.B.
ABADÍA SAN ANTONIO ABAD, HUMACAO
La Diócesis del Yunque y Abadía de San Antonio Abad de Humacao, están de fiesta, y no es para menos, y es que durante el fin de semana fue la celebración de la ordenación diaconal del Monge de la Orden Benedictina, Rvdo. Diacono Jean Rony Manoune, procedente de Haití, de manos de S.E.R. Eusebio Ramos Morales, Obispo de la Diócesis del Fajardo-Humacao.
Con el gozo del resucitado así dio comienzo la celebración litúrgica de ordenación diaconal que estuvo enmarcada por la presencia de sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, la Orden Benedictina y todos los amigos y fieles del Pueblo de Dios. También contó con la participación de la joven Marcolette Jean-Mary y la Dra. Renata Schneider ambas amistades del ordenado y en representación de su familia que vive en el vecino país de Haití.
El Obispo de la Diócesis del Yunque, S.E.R. Monseñor Eusebio Ramos Morales celebrando la Pascua del Señor, dio la bienvenida expresando; “que existen momentos difíciles de la sociedad, donde hasta la Iglesia es atacada, el ministerio mismo en ocasiones es motivo de cuestionamientos, un joven dice “sí” a la llamada que Dios ha puesto en su corazón, sin miedos ni intereses egoístas. Simplemente, ha sabido escuchar la llamada y ha respondido como su Padre Benito, para orar y trabajar desde este Santo Recinto”.
El obispo animó al Rvdo. Diacono Jean Rony Manoune “a vivir con intensidad el tiempo en que se destaca la presencia del Resucitado y el testimonio de los discípulos. En una Diócesis misionera, Jean Rony, el ministerio que te va confiar la Iglesia, te pone en sintonía con ese Pueblo de Dios a través de tu oración y tu servicio testimonial. Empezando por tu Comunidad inmediata, tus hermanos, que tu corazón palpite continuamente en sintonía con una Iglesia servidora y portadora de vida.
Tu testimonio fiel será semilla de la Buena Nueva de Jesús en el corazón de muchas personas. No lo olvides: “Ora y Trabaja”, como bien les mandó su Padre San Benito con intensidad, a tiempo y destiempo”.
En su homilía el S.E.R. Monseñor Eusebio Ramos Morales, exhortaba, a descubrir la misión apostólica, a la luz de la Palabra de Dios, “nos enseña a entrar en las primeras comunidades apostólicas, donde se habían multiplicado las necesidades y es el mismo Espíritu Santo el que mueve a los primeros discípulos a designar a otros el servicio de los pobres, de las viudas y la administración de los bienes en la caridad. No designaron a cualquiera, sino a siete hombres de buena fama, llenos de Espíritu y de saber. Así surgió el ministerio del Diaconado, es decir, el servicio de la caridad a los más necesitados”.
Como nos señala el evangelio, que la oscuridad, la conflictividad, la confusión, no es ajena a la vida eclesial. Los discípulos de Jesús, encontrarán tormentas y vivirán confusiones. También, nosotros, en ocasiones no estamos claros en la dirección y si es Jesús quien nos guía. Pero, el Señor conoce nuestros corazones, y si nos mantenemos fieles y firmes en su Palabra, el quita nuestros miedos y nos lleva a puerto seguro. De ahí la necesidad de oración continua; y ese es un gran regalo que ustedes, Hermanos Benedictinos, desde esta Abadía, que aportan a la Diócesis y al País. Surgen tormentas y brotan las confusiones por todas partes, pero tenemos que estar convencidos de que Jesús es nuestro Maestro y siempre nos acompaña.
Aparecida recalca la triple dimensión del servicio diaconal: la Palabra, la Liturgia y la Caridad, en clave del discipulado misionero. Esto exige la estrecha comunión con el Obispo y su Presbiterio, tu Superior en la Orden y Hermanos Monjes de la Comunidad. Se trata de una convocatoria eclesial que exige a todos los llamados y consagrados una disposición amplia y genuina para dar lo mejor de cada uno, en comunión fraterna y solidaria.
Enfatizó al hermano benedictino: “Por tu ministerio y por ser parte de tu Comunidad Benedictina, estarás en contacto con niños, jóvenes y familias marcados por la pobreza, la violencia, el desamor y las injusticias sociales que nos acompañan frecuentemente en esta sociedad. Recuerda, que ya no perteneces a ti mismo, sino a la Iglesia, y concretamente, a tu Orden Benedictina para el ministerio del servicio. Al ser ordenado Diácono, asumes el carácter sacramental del servicio como un elemento que debe distinguir e identificar tu vida y tu persona. El discipulado misionero que nos pide Aparecida, requiere de personas dispuestas a dejar todo y darlo todo por el Evangelio”. concluyo.
El ya ordenado diacono, el Rvdo. Diacono Jean Rony Manoune, dedico su ordenación a todo el pueblo de Haití, en especial a su abuela que murio hace quince años y su Madre que se encuentran en Haití. Un agradecimiento especial al Abad Rvdo. P. Oscar Rivera, O.S.B. quien le acompaño en su discernimiento para este acontecimiento especial y a todos sus hermanos Monjes de la Orden Benedictina de la Abadia.
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