CORREDOR DE ALEGRÍA Y DE ESPERANZA
EN LA DIÓCESIS DE EL YUNQUE
Por Mons. Eusebio Ramos Morales
Obispo de la Diócesis de El Yunque
Luquillo. El sábado, 13
de abril de 2013, será una fecha memorial e histórica, que, permanecerá en las
mentes y corazones, tanto, de los residentes del área Este, como, de todos los puertorriqueños, amigos y defensores de la Naturaleza. El trabajo arduo y apasionado de muchas personas
y diversas instituciones, públicas y privadas, pero, especialmente, de los miembros de la Coalición
Pro Corredor Ecológico del Noreste (CEN), culminó en un gran proyecto de Pueblo. Fue firmada la Ley 8, que, designaba como
Reserva Natural el litoral marino,
paralelo a la Carretera no. 3,
entre Luquillo y Fajardo. Este acontecimiento ocurrió, tras quince años
de muchos esfuerzos y sacrificios,
aunque también, estuvo acompañado de muchas decepciones.
Fue un día de
pleno esplendor y manifestación de la Naturaleza, y cuando se celebraba el Octavo Festival del
Tinglar en la Plaza Pública de Luquillo. Una multitud del Pueblo de Dios,
manifestada en los niños, jóvenes, adultos, abuelos, familias, estudiantes,
profesionales, servidores, residentes, visitantes y diversidad de personas, sin colores
partidistas ni religiosos, quiso ser testigo y protagonista de un
acontecimiento que nos llenaba a
todos de alegría y de esperanza. El
Festival del Tinglar fue la convocatoria para reunir a tantas personas, quienes, no solo
compartían, también, educaban,
evangelizaban, cultivaban y alimentaban nuestra cultura y los más nobles
valores de este Pueblo.
Mientras la
Parroquia San José se convertía en anfitriona, la Parroquia María Madre del
Redentor, del Barrio Pitahaya de Luquillo, aprovechó la ocasión para
evangelizar y anunciar a Cristo Resucitado. El Padre Luis A. Alicea (Padre Tony) y la Coordinadora de Catequesis, la Sra.
Raquel Vega de Jesús, organizaron
con los Niños, los Jóvenes y sus Padres, una manifestación de fe cristiana y de anuncio
de la Nueva Evangelización. Con una
Pancarta, trabajada por los mismos niños y jóvenes, mostraban al Corredor
Ecológico del Noreste con los elementos naturales que le caracterizan:
montañas, ríos, manglares, dunas, el mar
y el sol. Pero, en el centro de este conjunto de naturaleza maravillosa, estaba Jesús Resucitado, llamándonos a todos a ser discípulos misioneros y anunciando la Vida Nueva. A todos los presentes, les llamaba la atención las gorras que usaban
los participantes en el grupo de la
Catequesis de esta Parroquia: con arte e ingenio, convirtieron sus gorras en
tinglares con sus elementos.
De hecho, fueron reconocidos por
el Grupo Timón del Festival, quienes, le
confirieron el primer lugar en participación y creación educativa sobre el Tinglar.
Monseñor Eusebio, presente en la histórica firma de la Reserva Natural del Corredor Ecológico del Noreste. Foto por Héctor Santos. |
Este Festival
del Tinglar, celebrado en Luquillo durante el
Tiempo de Pascua, ha resultado ser un espacio privilegiado para el
compartir familiar, el sano entretenimiento, la expresión cultural y musical, y la educación y el amor que debemos tener a la Naturaleza como personas y como Pueblo. Pero, en esta ocasión, el Octavo Festival del
Tinglar del pasado sábado, 13 de abril, será recordado como el Festival donde
se convirtió en Ley la Reserva Natural del Corredor Ecológico del Noreste de
Puerto Rico. Cuando ocurrió tal acontecimiento, la alegría y emotividad, se confundieron en un
aplauso, que, resonó desde la Plaza Pública
de Luquillo, y recorría el litoral
costero del Mar hasta llegar a la Sierra
del Yunque.
La Diócesis de
Fajardo-Humacao reconoce y agradece
el trabajo “titánico” de la Coalición del CEN, tras, quince años de un largo y tortuoso caminar. Pero, su amor y su pasión por la Naturaleza,
logró unir a un Pueblo, superando muchos escollos, limando diferencias partidistas y acercando a políticos y a diversos líderes, sin colores
ni credos particulares. Pero, sobre todo, ha educado y ha ayudado a formar la
conciencia ecológica de un
Pueblo, que, tiene en el Oriente de
Puerto Rico, a uno de los tesoros naturales
más preciados que nos ha regalado el Creador: la Reserva Natural del
Corredor Ecológico del Noreste de Puerto Rico. A todos estos hombres y mujeres,
que, han colaborado para forjar y conseguir la Ley que crea a esta Reserva del
Noreste, Gracias, y adelante siempre,
forjando a un Pueblo Nuevo.
Esta gesta de
Pueblo, una vez más, nos señala que
podemos levantarnos de los graves
problemas que afronta la sociedad
puertorriqueña. Recordando a Culebra y
a Vieques, unimos otro
acontecimiento, memorial e
histórico, que debe servirnos de
inspiración y llenarnos de fe y de esperanza.
Cuando nos une el amor, la fe y la esperanza, nos convertimos en un Pueblo fuerte, capaz de superar
diferencias y abrazar los valores cristianos
que nos han visto nacer y gestar nuestra historia, marcada por la paz y
la concordia fraterna. Por tanto,
podemos vencer la violencia y la desarticulación social y moral que se vive en
ciertos sectores, actualmente. Lo
podemos hacer, sólo, si nos unimos como
Pueblo y abrazamos al Dios de la Vida y del Amor, manifestado en Jesucristo
Resucitado. Abramos los corazones y el
seno de nuestros hogares y familias, y dejemos que entre Jesús, pues, “Él es el Camino, la Verdad y la
Vida”. Disfrutemos del Corredor del
Noreste, Reserva Natural, como personas,
como hermanos e hijos de Dios. ¡Gracias
y Bendiciones!
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