El
pasado viernes, 20 de julio de 2012, se llevó a cabo en la Catedral de Fajardo la celebración de la Fiesta en honor a
los Patrones Diocesanos: Santiago Apóstol y Nuestra Señora del Carmen. La
Celebración Eucarística estuvo presidida
por S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo, acompañado por el Rvdo. P.
Antonio Marrero, Rector de la Catedral, y un grupo de sacerdotes
y diáconos de la Diócesis de El Yunque. Se desarrolló la Celebración en un ambiente de
alegría, de compromiso
vocacional y de comunión
fraterna.
Al
iniciar la Santa Misa, Monseñor Eusebio, se dirigió a la feligresía, saludándoles y dándoles la
bienvenida a la gran fiesta
patronal: “Diócesis de El Yunque, Diócesis de Fajardo-Humacao, estamos de
fiesta junto a nuestros Patrones Diocesanos, Santiago Apóstol y Nuestra Señora
del Carmen. Caminamos y
peregrinamos con ellos, como testigos de Jesucristo, para proclamar que, “Él
es el Camino, la Verdad y la Vida”. Santiago nos invita ser discípulos
misioneros en las realidades nuevas y actuales que nos tocan vivir.
María, Madre de Jesús y madre nuestra, sigue llamándonos a la Nueva Evangelización y a la fe viva en
Jesucristo, que es fuente de vida
para todas las épocas
y todos los tiempos ”.
Durante
la Homilía, el Obispo, con gran
entusiasmo felicitaba a toda la
feligresía diocesana y les
recalcaba: “Somos la Iglesia Diocesana, Iglesia Local, del Este de Puerto Rico,
con una misión y un compromiso. Se
trata de testimoniar a Jesús, Señor de la Vida y
de la Historia, en nuestras
familias y comunidades, en
las calles y sectores de cada uno de nuestros pueblos. Esta Iglesia Local está
llamada al testimonio de la
comunión y la participación, del servicio y de la nueva evangelización,
del discipulado misionero y del trabajo apostólico, como ofrenda de amor y de vida. De aquí, la
importancia de estos encuentros y
celebraciones diocesanas, que nos hacen cobrar conciencia de nuestra
identidad discipular
misionera, en medio de las
difíciles circunstancias que vivimos hoy”. Al escuchar las palabras de Monseñor Eusebio, los feligreses irrumpieron en un fuerte aplauso y viva voz, decían: “ Que
viva Santiago Apóstol y que viva
la Virgen del Carmen”.
Continuó
el Obispo resaltando la importancia del trabajo parroquial, en comunión y
sintonía, con esta Diócesis que tiene identidad propia, peculiaridades
propias y necesidades muy particulares. Señalaba que, a esta Iglesia que nos convoca y nos envía, hay que amarla y
valorarla. La amamos y valoramos cuando escuchamos su
convocatoria y participamos con alegría de su actividad misionera y pastoral. “Por
eso, agradezco el trabajo en las Parroquias para celebrar la festividad de
Nuestra Señora del Carmen durante su fiesta patronal. A través de triduos,
novenas, la Eucaristía, procesiones, engalanándola con flores (naturales) y rezos, y saliendo con Ella a las calles y al
mar, alimentamos su devoción y la
religiosidad de nuestro
Pueblo. María, como la primera
discípula y la gran misionera como la presenta Aparecida, nos acompaña y nos llama a ser testigos
vivos de Jesucristo”.
También,
agradeció a todos los grupos pastorales, en especial, a los aspirantes al Diaconado,
que han colaborado en pregonar la devoción de Santiago Apóstol, Patrón
Principal de la Diócesis y cuyo
Santuario será construido en los terrenos de la Parroquia María, Madre del
Redentor, en el Barrio Pitahaya,
de Luquillo. “También, agradezco a los que se han
lanzado a las calles en las
Caminatas de Santiago. Realmente,
han dado testimonio de ser discípulos misioneros con valentía y en total
sintonía con la convocatoria diocesana de la Diócesis de El Yunque, que nos pide nuevas expresiones para
vivir nuestra fe y afirmar nuestra identidad católica. Además, en estas Caminatas de Santiago,
estamos configurando las bases
para establecer el Camino de Santiago de Puerto Rico. Este “Camino de
Santiago en la Diócesis de El Yunque”,
se convertirá en camino de conversión y de evangelización que,
como el Camino del Viejo
Continente, nos ayudará a formar
al pueblo misionero, a hacer a la
Iglesia más viva y servidora y será de gran impulso para nuestro discipulado”, afirmó.
Monseñor Eusebio se dirigió en forma
particular, al grupo de aspirantes a Diaconado y les dijo: “Estas Caminatas de
Santiago, harán de ustedes diáconos caminantes misioneros y
verdaderos testigos del servicio diaconal, al que Jesús les está llamando. Esta experiencia suscitará en ustedes
un Diaconado en sintonía con la
llamada misionera de esta Diócesis, que los hará capaces de acoger y testificar a la Nueva
Evangelización, a la que nos
llama hoy la Iglesia Católica en
el mundo entero”.
Luego, el Obispo, mencionó
algunos de los trabajos pastorales que se han realizado, a la luz de la promulgación del Plan
Diocesano, y resaltando la
invitación al “Encuentro de Jesucristo”.
“Esta primera fase ha sido clave para entender el anuncio del
Kerigma, es decir, el anuncio y aceptación de
Jesucristo, a través de la fe
(Rom. 10,14). Es la
primera experiencia de encuentro con el Maestro y Señor de la
Vida, para descubrir su propuesta de salvación y
de vida nueva. La Escuela
Diocesana de Formación La Barca, Las tres Misiones de la Diócesis (Fajardo,
Humacao y Loíza), el Programa
Catecumenal de RICA, estos y otras acciones, han servido para impulsar,
revivir y alimentar esta primera
experiencia de encuentro con Jesús.
Uno de los momentos más elocuente y
profundo, fue, cuando el Obispo
subrayó la necesidad que existe de hacerse sentir como cristianos en nuestra
sociedad: “¿Cómo permanecer indiferentes
ante tanta muerte violenta y sin sentido en el País,
indiferentes ante tantos matrimonios disfuncionales y cantidad de
familias que viven sin amor, sin fe ni esperanzas en nuestro Puerto Rico? Nuestros niños y jóvenes son proyectos
de Dios, proyectos de vida, y somos responsables de su desarrollo, de su
realización cristiana. Tenemos que
proveer los medios para su felicidad y seguridad como personas e hijos de
Dios. También, nuestros ancianos,
muchos de ellos trasmisores y testigos de nuestra fe, requieren ahora de
nuestras atenciones y servicios. Algunos no pueden llegan al Templo por
enfermedades, transportación o porque dependen de otros. El Encuentro con Jesús, seguido de la Conversión, debe
ponernos, cada vez más, en
comunión y servicio con los
niños, los jóvenes, la familia y con nuestros viejos. Esas pastorales deben ir organizándose con mayor fuerza en cada una de nuestras parroquias”.
También, en su Homilía, Monseñor
Eusebio, invitó a todos los
presentes a acoger y revivir la llamada bautismal de ser “luz del mundo y levadura de la masa”. “Si no es así,
¿para qué sirve nuestra fe?
¿Cómo vamos a ser y a hacer la Iglesia? Recuerden el cuestionamiento paulino. Ciertamente, somos de
barro, pero se nos ha confiado un gran tesoro: la configuración con Cristo Vivo, por la fe y por su gracia. Nuestra tarea es la evangelización del mundo y la
configuración del Pueblo de Dios en Jesucristo. El Reino de Dios, como lo fue para Jesús, es nuestra
gran encomienda. Cuando ocurren más de veinte muertes violentas en un fin de semana, Dios no está reinando
y nuestro testimonio de fe y de vida no se siente. Cuando niños
jóvenes sufren las consecuencias de balas perdidas o son las víctimas
inocentes de los corazones violentos, no puede haber cristianos que duerman en
paz ni comunidades que, verdaderamente, se sientan iglesias. Cuando una anciana
es tiroteada, indiscriminadamente, no puede haber líder que se llame cristiano, que no se indigne ni tampoco
cristianos que permanezcan indiferentes”.
Culminó, enfatizando: “Es tiempo de
levantarnos de nuestras perezas
y de apoderarnos de las calles, con las banderas
del amor y de la paz. Hay muchos corazones llenos de egoísmo y de violencia a nuestro alrededor. Hay
muchas mentes enfermas y desequilibradas que están actuando sin control en las
calles y que, fácilmente, pueden convertirnos en un número más en las estadísticas del País”. Finalmente, recordaba a todos que,
“la Catequesis, es tarea de todos
y todos debemos de colaborar para transformar esta realidad social, inmersa
en esta debacle moral y
espiritual. Por eso, invito a todos los feligreses a unirse
a los Catequistas, para no esperar simplemente, que, los niños y los jóvenes vengan a nosotros. En esta diócesis misionera, eso no basta ni es
suficiente. Tenemos que
prepararnos como comunidades eclesiales
para organizar y coordinar la Catequesis, de tal forma, que
lleguemos a todos nuestros niños, en disposición y actitud misionera:
buscándole, acogiéndole, llegando a sus hogares y entrando en comunicación
personal con sus padres y responsables”.
Antes de la bendición final, Monseñor
Eusebio, hizo entrega a cada
Parroquia de un Cáliz para iniciar en la Diócesis una Campaña
de Oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas. “Hoy entronizamos este signo del
Cáliz en las Comunidades
Parroquiales de la Diócesis, a través de la familia, para orar especialmente por las
vocaciones. Este Cáliz Vocacional estará pasando de familia en
familia, que orarán por esta petición especial, pidiendo al Señor que “envíe
obreros para su mies”, resaltó.
Familia Tirado-Brito juntoa Mons. Eusebio |
La Familia Tirado-Brito, quienes
recibieron el Cáliz Vocacional a nombre de la Parroquia María, Reina de la Paz,
en Humacao, y que ya están haciendo la experiencia de Oración
Vocacional, compartieron con los
presentes su testimonio: “Le doy
gracias a Dios por este Cáliz Vocacional en nuestra familia. Este Cáliz no es una copa más, pues, nos habla de la Alianza de entrega de nuestro Señor. Esta experiencia se
convirtió en encuentro de comunión
entre nosotros. Hemos visto las
bendiciones que Dios nos ha otorgado.
Ver a mi esposo orar y
rezar el Santo Rosario, junto a nuestros hijos, es una gran bendición”.
Al finalizar la Santa Misa, Monseñor
Eusebio, culminó diciendo; “Cruzarnos de brazos y de indiferencia ante la dura realidad que vivimos, nos convierte en
cómplices. Los cristianos no
podemos ser cómplices de la injusticia y del egoísmo. Busquemos a Jesús y hagamos la experiencia de encuentro y convirtámonos, de
verdad, en sus discípulos en este
Puerto Rico, violento y trastocado en sus valores y en su identidad cristiana.
Con Santiago y con María, acojamos la gran encomienda de testimoniar la
fe y de vivir el amor de los
discípulos misioneros”. ¡Adelante, Discípulos-Misioneros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario