jueves, 11 de agosto de 2011

Orden Benedictinas, celebraron sus cincuenta años de vida religiosa en el Colegio San Benito de Humacao


José A. Velázquez
Para la Diócesis de Fajardo-Humacao
Sábado, 11 de julio de 2011 


Es un honor para mí, que él me haya escogido para vivir una vida de fe, entrega y oración,  una vida al estilo del Maestro”, expresó la Hna. Flora Sánchez.

En un ambiente lleno de entusiasmo, alegría y gozo, las Hna. Flora Sánchez Gómez, Myrian Pacheco Sabater, Hna. Rufina Lebrón Laboy de la Orden Benedictinas, celebraron sus cincuenta años de vida religiosa en el Colegio San Benito de Humacao.   La Liturgia Eucarística fue presidida por S.E.R. Monseñor Eusebio Ramos Morales,  Obispo de la Diócesis de Yunque, junto a sacerdotes y diáconos.

Esta emotiva celebración contó con la participación de las hermanas de la comunidad benedictina, familiares, amigos,  maestros y congregaciones religiosas que se dieron cita para este hermoso momento.  Era evidente ver en sus rostros la alegría, mientras el coro entonaba la canción; “Ante tu Altar venimos Señor, para celebrar el misterio de redención”.

El obispo S.E.R. Monseñor Eusebio Ramos Morales, al comenzar su homilía dijo; hoy es día fiesta para la Comunidad Benedictina cuando, tres de sus miembros de la Comunidad, celebran sus cincuenta años de vida, vida de entrega y fidelidad a la Iglesia.

“La Comunidad Religiosa Benedictina, pues, en momentos donde se vive con indiferencia y estilos de vida egoístas y placenteros, su testimonio y entrega nos alienta la esperanza y nos invita a la fidelidad”, sostuvo.

Para la Hna. Rufina Lebrón y Hna. Myriam Pacheco este acontecimiento para sus vida significa, “Tomar esta decisión en mi vida ha sido toda una aventura, una aventura apasionan por Jesús.  Pues lo buscar lo desconocido, es lo que te conduce hallar el tesoro escondido, como no los presenta Jesús en sus parábolas.  Mi vida y mi servicio son para el Señor y está es la verdadera misión de todo consagrado a Dios”.

Al finalizar la celebración eucarística, Mons. Eusebio manifestó, “hay un gran tesoro en  la  vida  religiosa  comunitaria;  vamos a compartirlo y a comunicarlo.  Sigan viviendo con intensidad la mística comunitaria  benedictina, pero permaneciendo, al mismo tiempo, en profunda  comunión con el acontecer misionero de esta Diócesis.   Conviertan el Plan Diocesano de Pastoral en objeto de estudio, oración y acción,  en la medida  que se lo permita la dinámica comunitaria.   Cuando la  Diócesis, la  Iglesia Madre se implanta, se afirma y crece, también se implanta, se afirman y  crecen todos sus elementos y estructuras”. 

Que el Espíritu Santo,  les fortalezca  siempre en el amor y el servicio.  ¡Adelante y felicidades!



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