Sacerdote yabucoeño celebra 30 años de su ordenación |
Aunque las circunstancias económicas de su familia lo impedían, siempre quiso ser sacerdote. Creció en el Barrio Guayabota de Yabucoa y fue instruido en la fe católica desde que nació. Luego de graduarse de escuela superior, ingresó en la Universidad de Puerto Rico (UPR), bajo la concentración de Humanidades, pero sólo permaneció allí un año. Dios tenía otros planes para él y sus sueños se materializarían.
Padre Emérito Gómez aprovechó la visita de los Padres Franciscanos de Nueva York a la UPR, en Río Piedras, quienes hicieron una promoción vocacional, y aceptó viajar con ellos a Guatemala, donde podría estudiar en el Seminario Franciscano, de San Buena Ventura.
“Cuando entré al Seminario me dije, ´ya, de aquí, no me voy". Me incorporé como postulante y comencé a estudiar Filosofía. En 1975, hice mis primeros votos simples como Franciscano. En 1979, comencé a estudiar Teología y finalicé en la Franciscan School of Teology, en California. El 19 de junio de 1981, un Día de los Padres, recibí mi ordenación sacerdotal en la Parroquia Santos Ángeles Custodios de mi ciudad natal”.
Ya han pasado tres décadas desde que se convirtió en el primer sacerdote yabucoeño y, precisamente, la fecha de su aniversario este año coincidió, nuevamente, con la misma festividad. “Pienso celebrarlo como siempre, con una misa en honor a los padres puertorriqueños y, en especial, a mi padre”, expresó conmovido al recordar que su progenitor murió en febrero de 1995. “Él era mi héroe”, añadió.
En otros temas, Padre Emérito, quien fue presidente de la Juventud Acción Católica en su pueblo, habló acerca de la religiosidad popular. “Las diversas manifestaciones populares, como el rezo del Rosario, el Vía Crucis, la devoción a la Virgen del Carmen y las fiestas patronales de los municipios, son medios de mucha ayuda en general. No se deben dejar perder. Son buenas costumbres y tradiciones que mejoran el comportamiento social y moral”, sostuvo.
Asimismo, se expresó a favor de la integración de las nuevas tecnologías de comunicación e información al proceso de evangelización. “Con estas técnicas nace un nuevo modo de aprender, establecer relaciones, construir lazos de comunión y, por supuesto, nuevas formas de evangelizar”, planteó.
Finalmente, Padre Emérito destacó el aprendizaje multicultural que obtuvo durante sus años de estudios como una de las experiencias más gratificantes, ya que pudo colaborar con personas de distintos países, entre ellos, Nicaragua, Honduras, San Salvador, Panamá y México. Este ex atleta de pista y campo, y amante de la natación, es el actual Párroco de la Parroquia Cristo Rey, en Río Grande, desde hace tres años.
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