La Diócesis de El Yunque inició sus
festividades para celebrar su 5to. Aniversario en el proyecto eclesial misionero en el Este de Puerto Rico. La
celebración comenzó con una Vigilia Juvenil de Pentecostés en la Capilla de
Ntra. Sra. de la Providencia, en
Villas de Loíza. Con espíritu misionero, llenos de fervor, de alegría y gozo, y provenientes de las distintas
Comunidades Parroquiales, cerca de cien jóvenes se congregaron
para participar de esta Vigilia de Pentecostés. Allí, se encontraron con su Pastor y
Guía de la Diócesis, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales.
Con dinámicas, cánticos, bailes y reflexiones
en el contexto del discipulado misionero, comenzó el encuentro juvenil. El entusiasmo
aumentó cuando los jóvenes vieron llegar al Obispo para celebrar con ellos la Santa Misa. Al inicial la Celebración Eucarística,
Monseñor Eusebio, les dijo:
“Ustedes jóvenes inician hoy la Solemnidad de la Fiesta de Pentecostés,
con la cuál, brotó la Iglesia de
Cristo, el Pueblo Nuevo de Dios, que reúne a los discípulos
misioneros nacidos en el amor y la fuerza del Espíritu Santo. Queridos Jóvenes, que, esta Vigilia de Pentecostés, les transforme y renueve con el amor del Espíritu y haga
brotar la fe en su corazones en el Año de la Fe y de la Nueva Evangelización”.
Durante su homilía, el Obispo, invitó a los
jóvenes a romper con los
obstáculos que enfrentan en una sociedad marcada por el relativismo moral y la
indiferencia a la Palabra de Dios.
Continuó explicándoles la
importancia del discipulado misionero que requiere constante vida de oración,
discernimiento a la luz del Espíritu,
formación y conversión personal y pastoral. “Somos discípulos de Jesús ,
que, a través de su Espíritu, nos llama a salir a las calles y ser testigos del Evangelio. Ustedes jóvenes están llenos de
vitalidad, pero, tienen que recrearla y fortalecerla en el Espíritu de Dios.
Sólo a la luz del Espíritu Santo, podemos renacer a la vida de la gracia y desplegar nuestros dones
y capacidades para el servicio y el bien de los demás. Hay otros jóvenes esperando por su testimonio de fe y su
servicio en la caridad. Por eso,
deben de renacer en esta Vigilia de Pentecostés y fotalecerse para el
discipulado misionero”.
“No tengan miedo y liberen
sus corazones de esclavitudes,
violencias,
frustraciones y de tantas
fuerzas del mal en la sociedad. Ábranse al Espíritu Santo porque, Él, quiere renovarnos y covertirnos en semillas
de vida en este País. Añadió el
Obispo en su catequesis, que, la Iglesia se fue gestando en la Persona de Jesús con su
proclamación del Reino, su vida,
milagros, el llamado y formación de sus discípulos. Pero esta Iglesia, fundada en
Jesús y su obra salvífica, tuvo su nacimiento el día Pentecostés, cuando, comenzó su misión evangelizadora a través de aquellos primeros discípulos
llenos del Espíritu Santo. Hoy, esa misma Iglesia, se impulsa en el Este del País y celebra su
Quinto Aniversario. Por eso,
necesitamos jóvenes valientes a
través de la Diócesis de El Yunque
para llegar a los niños, jóvenes, adultos, familias, envejecientes y a los más necesitados, y
anunciarles y testificarles
la Buena Nueva de Jesucristo que siembra la fe y la esperanza.
Al finalizar la Celebración Eucarística,
Monseñor Eusebio, invitó a la
feligresía a unirse en oración e
invocar al Espíritu Santo.
Pidió al Espíritu la renovación y sanación de
Puerto Rico, y concretamente, de aquellos jóvenes, para que vivieran un
verdadero Pentecostés. Luego,
como parte de la preparación para
la Jornada Mundial Juvenil, los jóvenes recibieron una catequesis misionera sobre la necesidad de conversión y la
afirmación de identidad y pertenencia eclesial, ofrecida por Monseñor Eusebio. Continuó
el encuentro con un momento de oración y adoración del Santísimo
Sacramento, dirigido por el Vicario
de Pastoral Juvenil, Rvdo. P. Ramón Villamor. Así, jóvenes, padres y miembros de la Comunidad de Villas de
Loíza, permenecieron en oración hasta cerca de la media noche, cuando terminó
la Vilgilia Juvenil de Pentecostés.
Pero, el inicio de celebraciones diocesanas,
con motivo del Quinto Aniversario y de Pentecostés, continuó durante el domingo en la Concatedral Dulce Nombre
de Jesús, de Humacao. En esta
ocasión, los protagonistas fueron los niños de la Diócesis, que, junto
a Catequistas, Padres y familiares,
llega que,
aguardaban el saludo de Monseñor Eusebio,
y quien se confundía en
abrazos y gestos de cariño con los
más pequeños.
ron y abarrotaron a este Templo y sus alredores. La alegría se desbordó desde el inicio de la Santa Misa, al cubrirse el ambiente de la inocencia y la ternura de los niños y niñas,
ron y abarrotaron a este Templo y sus alredores. La alegría se desbordó desde el inicio de la Santa Misa, al cubrirse el ambiente de la inocencia y la ternura de los niños y niñas,
El Obispo estaba acompañado por los Reverendos Padres, Floyd Mercado Vidro, Rector de la
Concatedral, y Víctor Santiago, Párroco en el pueblo de Loíza; además, de
varios diáconos y algunos candidatos al Diaconado. Con la animación del ministerio de niños “Semillas de la
Paz”, de la Parroquia María Reina de la Paz, se inició la Solemnidad de
Pentecostés. Con el Templo colmado
de niños, los invitados especiales y acomodados hasta cerca del Presbiterio, se
inició la Santa Misa.
Al llegar a la sede, el Obispo, manifestó: "Hoy
dedicamos esta Solemnidad de
Pentecostés en el Quinto Aniversario a los los Niños de
nuestra Diócesis de El Yunque. A
ustedes Padres, Catequistas, Comisión Quinto Aniversario, Pueblo de Dios, les invito a ver en este Templo repleto
de niños, un signo de los tiempos. Esta es la Iglesia que tenemos que
cultivar, y ésta es una de las opciones prioritarias de nuestro Plan Diocesano de
Pastoral". Con voz profética,
nuevamente, insistió: "Los niños están aquí, y nos muestran con sencillez e inocencia, el proyecto de iglesia nueva que debemos de abrazar con alma, vida y
corazón, asumiendo nuestro discipulado misionero y la llamada a la Nueva
Evangelización. Sólo así, podremos
labrarle un futuro nuevo a nuestros niños”.
Luego, de proclamarse el Santo Evangelio, el
Obispo, dio la oportunidad a los niños de la Pastoral Infantil de la
Concatedral que realizaran el
drama, "Mi Pentecostés".
Con sencillez, los niños
expresaron el relato evangélico, lo que provocó un sonoro aplauso de parte de los presentes. Monseñor
Eusebio, aprovechando la atención de todos, se sentó junto a ellos y comenzó su
homilía.
Al dirigirse a ellos, les enfatizó: "ustedes representan el
pueblo de Dios, pero, un pueblo
nuevo, lleno de vida y de esperanza.
Ustedes están aquí, junto a este Servidor, para responderle a Jesús con amor y alegría. Él nos llama
para ser nuevos apóstoles, discípulos misioneros, que, a través de las parroquias de la Diócesis de El Yunque, vayamos por todas partes anunciando la
Buena Nueva de Jesucristo". Les recuerdo, queridos niños, que, en ustedes
nace una iglesia nueva, una iglesia
misionera, que da testimonio de la
presencia de Cristo Jesús en sus familias, con sus amiguitos y vecinitos. Esto se llama Nueva Evangelización y ustedes son parte de ella".
Al dirigirse a los Padres, les dijo: "Para
que estos niños tengan esta
experiencia de fe y de vida en Jesús, ustedes papás, no pueden estar al margen de ella. Jesús, también tiene que ser el centro de sus vidas,
de sus corazones, de sus hogares".
Añadió: "Él nos da, por medio de su Espíritu Santo que es amor, la
sabiduría y el entendimiento que necesitamos. Pidásmosle al Espíritu Santo su continua presencia en nuestros hogares y encomendemos a Jesús,
continuamente, a nuestros
hijos”. Les aseguro, que, brotará
la paz y alegría en nuestras familias, y nuestros niños crecerán en ambientes
sanos y llenos de amor”.
Luego, Mons. Eusebio, invitó a los presentes a
comprender y valorar la realidad diocesana, que, hacía posible que experiencias
como aquélla que estaban viviendo, se pudieran realizar. "La Iglesia Diocesana es la que convoca a todos, pueblo y parroquias,
niños y grandes, a las diversas
comunidades y las reúne como Pueblo de Dios con su Pastor. En un momento dado, se levantó de la
silla y señaló con entusiasmo: "miren las maravillas que se pueden hacer, observen a la Iglesia nueva, colmada de
niños, y que se convierte para nosotros en proyecto y desafío”.
Culminó
la homilía, recordando a todos las diversas actividades del Quinto Aniversario
de la Diócesis de El Yunque e invitándoles a participar. También, agradeció a los Catequistas y
a la Comisión del Quinto Aniversario
por la actividad y les solicitó que crearan esos espacios para los niños
y los jóvenes con mayor frecuencia. “Hagamos posibles estos espacios, para
vivir la Nueva Evangelización en
el Año de la Fe, porque, con esta gesta, estamos mandado una clara señal de esperanza a Puerto Rico. En cada uno de estos niños hay un
proyecto de vida que tenemos que
cuidar, que tenemos que formar y fortalecer".
Continuó la Santa Misa con la liturgia de las
ofrendas del Pan y el Vino.
En esta, los niños de la
Misión de Loíza tomaron un papel protagónico, al presentar varios signos, entre
ellos: un baile folklórico de bomba
y plena, una canasta de casabe y
viandas, como muestras de gratitud a Dios por el fruto de la tierra. Llamó la atención de todos, cuando dos
niños ,vestidos de pescadores, llevaron hacia el Altar una yunta de jueyes y
una red de pescar, como muestra de la acción discipular de remar mar
adentro. Luego, los niños de la
pastoral infantil, portando en sus manos velas encendidas con los siete dones del Espíritu Santo, cerraron la procesión de ofrendas.
Al finalizar la Celebración Eucarística,
Monseñor Eusebio agradeció al Equipo Timón de la Comisión de 5to Aniversario,
presidido por P. Víctor Santiago y su equipo de trabajo. Además, extendió el
agradecimiento al Vicario de Catequesis, P. Luis A. Alicea y a la Sra. Aida Vázquez, Coordinadora Diocesana, que, juntos a los Catequistas, realizan el trabajo en la formación
cristiana de los niños de la Diócesis. De igual manera, agradeció a la Comunidad Concatedralicia, por la acogida y preparación de la
actividad en la apertura de las fiestas diocesanas. Posteriormente, la fiesta se
trasladó al Atrio de la Concatedral, donde, los niños disfrutaron de casa de
brincos, de payasos y actividades recreativas, auspiciadas por el Municipio de
Humacao. También, se contó con la presencias de artesanos, las niñas escuchas y
promociones de grupos misioneros de la Diócesis.
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